El gas que calienta el invierno saharahui
by alveo in
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11 by January by 2022
Desde el establecimiento de los campos de refugiados en 1976, Argelia ha cumplido un papel esencial en el mantenimiento de los mismos. El suministro de gas butano para el uso cotidiano de los saharauis es parte de esa ayuda.
El general Gómez de Salazar fue el último militar español en abandonar el Sáhara Occidental, el 26 de febrero de 1976. La ex-colonia había sido, hasta entonces, parte del territorio nacional español desde 1884. Allá por el año 1958 ya se la consideraba la provincia número 53 de España, provincia que acabaría siendo abandonada a su suerte.
La salida del último soldado español del Sáhara Occidental supuso el cese, por parte de España, del control del territorio, pero no de su administración. Los saharauis fueron entregados como un rebaño de ovejas a Marruecos y a Mauritania, sin tan siquiera ser consultados. Ambos países se repartieron los territorios saharauis tras la firma de los Acuerdos Tripartitos de Madrid, refrendados el 14 de noviembre de 1976. Los regímenes mauritano y marroquí enviaron sus tropas para ocupar el territorio y exterminar a la población autóctona. Así, los saharauis no tuvieron más remedio que huir, para salvar sus vidas, a la frontera más cercana, la argelina.
Desde la llegada de los saharauis al territorio argelino, este país se encargó de satisfacer sus necesidades básicas
A partir de aquel momento se convirtieron en refugiados a la espera del retorno a su país. Desde la llegada de los saharauis al territorio argelino, este país se encargó de satisfacer sus necesidades básicas: la alimentación, el agua potable, la salud, la educación, el gas butano y, últimamente, también la electricidad. Tras diez años en el exilio, comenzó a llegar la ayuda de las agencias de la ONU, organizaciones no gubernamentales y asociaciones españolas. El compromiso humanitario de Argelia con los refugiados saharauis se deriva de su política exterior, puesta en marcha tras su independencia de Francia en 1962, que tomó como eje principal el apoyo a los movimientos de liberación, según han manifestado sus dirigentes en multitud de ocasiones.
Entre los refugiados que llegaron a Tindouf (sur de Argelia) en 1976, huyendo de los bombardeos marroquíes, se encuentra Jadyatu Al-Raya, de 73 años. Cuando pisó el campamento por primera vez tenía 28 años. Jadyatu recuerda bien cómo fueron sus primeros días como refugiada, especialmente la falta de servicios para cubrir las necesidades básicas de la vida cotidiana en los campamentos, como por ejemplo conseguir una bombona de butano para cocinar. Nos cuenta Jadyatu que cuando llegó a los campamentos, “no había gas, cocinábamos con leña”. Las bombonas de gas comenzaron a llegar a los campamentos en febrero de 1978, según recuerda. En aquel entonces, se distribuía una bombona de butano mensual para cada familia.
Buhubeini Yahya: “ACNUR proporciona gas a los refugiados saharauis a razón de una botella por familia al mes"
Desde 1978, las bombonas de butano argelino no han dejado de llegar a los campos saharauis. Argelia ha proporcionado a los refugiados todo el gas que han ido necesitando, sin interrupción, como afirma la mujer saharaui. Madiha Mohamed (30 años), es la nieta de Jadiyatu. Empezó a trabajar en el Ayuntamiento de Miyek en Auserd (uno de los cinco campos de refugiados saharauis) y ascendió en la escala administrativa del campamento, cuya gestión es llevada a cabo mayoritariamente por mujeres. A día de hoy, Madiha es la encargada de distribuir las bombonas de gas butano a los habitantes de toda la wilaya de Auserd. Entre sus tareas está la de garantizar la distribución mensual de unas 5.670 bombonas de gas, que llegan en camiones al extenso campamento. De esta misión se encarga, desde hace 12 años, Mohamed Lamin. El camionero realiza viajes diarios a la ciudad argelina de Tindouf, donde carga para suministrar al campamento de Auserd. Mohamed explica a El Salto de Andalucía que “si el camión no se avería, hago nueve viajes al mes para abastecer de gas butano el campamento de Auserd”.
En declaraciones a este periódico, el presidente de la Media Luna Roja Saharaui (MLRS), Buhubeini Yahya, asegura que “ACNUR proporciona gas a los refugiados saharauis a razón de una botella por familia al mes. La contribución de este agencia cubre 11 meses anuales y el mes restante lo proporcionan otros socios”. Añade el presidente de la organización humanitaria saharaui que “Argelia no suministra gas a los refugiados saharauis, pero hace grandes aportaciones en sectores importantes. Basta mencionar su contribución al sector educativo durante un período de 45 años. Al inicio del exilio, abrió sus colegios a niños de primaria, sin mencionar su significativo aporte al sector sanitario, así como en relación a la electricidad, comunicaciones, carreteras y nutrición... Las agencias de Naciones Unidas iniciaron sus programas oficiales a favor de los refugiados saharauis a partir del año 1986, mientras que la Unión Europea comenzó en 1993 a brindar su asistencia a los refugiados saharauis... Si digo que el valor de la ayuda argelina supera el doble de la suma de todas las ayudas de las que se beneficiaron los refugiados saharauis, no sería una exageración”, concluye el presidente de la MLRS.
La preocupación en España por el gas argelino se debe a la decisión de este país de cortar el gasoducto que bombea gas natural a Europa, concretamente a España y Portugal
Tras nuestra llegada a los campamentos saharauis, lo primero que empezamos a buscar fue el acceso a Internet. Esto es posible comprando una tarjeta SIM argelina. Eran exactamente las 10:00 de la mañana, hora local de los campamentos. Fui junto a mi compañero, Carlos Gil Andreu, a un locutorio cercano para conseguirla. Compramos dos líneas telefónicas argelinas para tener Internet en nuestros terminales. Carlos envió el primer mensaje de WhatsApp al grupo familiar informándoles que su teléfono ya disponía de Internet. Su padre le preguntó: “¿Cómo te vas a conectar a Internet? Tengo una tarjeta telefónica argelina”, fue la respuesta de Carlos. El padre añadió, con ironía: “Trae un poco de gas”.
Aunque la petición del padre de Carlos era una broma, en realidad refleja un debate que en su momento estuvo muy vivo en España. El motivo de la preocupación en España por el tema del gas argelino se debe a la decisión del país magrebí de cortar el gasoducto que bombea anualmente cantidades de hasta trece mil millones de metros cúbicos de gas natural a Europa, concretamente a España y Portugal. El gasoducto Magreb-Europa (GME), puesto en marcha en el año 1996, conecta a Argelia con la península Ibérica con sus 1.400 kilómetros de longitud, 540 de los cuales discurren por territorio marroquí. El año pasado, España recibió a través de este gaseoducto unos 6.000 millones de metros cúbicos de gas natural. Marruecos se beneficiaba de 200 millones de euros anuales como impuestos, más el 17% de su consumo de electricidad, una cifra difícil de suplir en pleno invierno y con los precios de la materia prima al alza en los mercados internacionales. El gobierno de España está preocupado por la posible falta de suministro de gas argelino tras el cierre del GME.
Las autoridades argelinas confirmaron que el suministro de gas natural argelino a España está garantizado
Para recibir garantías del gobierno argelino, España envió a Argel al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, el pasado mes de septiembre y, semanas más tarde, a la vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. Las autoridades argelinas confirmaron que el suministro de gas natural argelino a España está garantizado, ya sea a través del gaseoducto Medgaz, que conecta a ambos países, o bien con barcos metaneros que transportan gas natural a los puertos españoles.
Transmitimos a Jadyatu la preocupación y el temor de los españoles por el abastecimiento de gas natural argelino tras el cierre del gasoducto que transita al territorio marroquí. Responde Jadyatu que “Argelia es un país que cumple con su palabra, y si promete suministrar gas natural a España, lo hará”.