La peli de woody allen
Al hablar de Woody Allen en 2022 es mejor hacerlo con cuidado: entre las acusaciones provenientes del #MeToo y la calidad a la baja de sus producciones (‘Rifkin’s festival’ es, directamente, intragable), no es el director más de moda precisamente. Y, sin embargo, como autor sigue teniendo joyas que rescatar.
Joyas que hace seis años no le gustaron ni a los críticos, ni a los espectadores, ni a él mismo, pero que merece la pena sacar del olvido colectivo. Hoy vamos a hablar de 'Crisis en seis escenas', disponible en el catálogo de Amazon Prime Video.
Si no te gusta Woody, toma seis tazas
La promoción de esta serie, dividida en seis episodios de 25 minutos cada uno, se basó en el director neoyorquino diciendo que lamentaba cada segundo del rodaje porque no tenía ideas para hacerla. Llegó a calificarla, de hecho, de “error catastrófico, una vergüenza cósmica”. No deja de ser sorprendente que el director de ‘A Roma con amor’ se pueda sentir avergonzado por algo. Y menos aún por una serie tan entretenida, deudora de las películas de enredos que Allen filmaba en los 80 y 90 y con un ritmo que va mejorando a medida que pasan los episodios.
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EN ESPINOF
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No llamemos a engaño a nadie: los primeros episodios de ‘Crisis en seis escenas’ son, efectivamente, un pequeño desastre. Ahí Woody tenía razón: las tramas están perdidas, es demasiado hierática y todo apunta a que el autor está totalmente perdido. Y, sin embargo, la trama remonta el vuelo, los guiones se vuelven más ácidos y al final deja el regusto de haber visto una buena película del director más que una miniserie. No es ‘Annie Hall’ o ‘Misterioso asesinato en Manhattan’, pero sí resulta mejor que la gran mayoría de la filmografía de sus últimos veinte años.
Crisis en seis escenas
En la serie, ambientada en los años 60, una fugitiva (la inesperadamente versátil Miley Cyrus) pide asilo en la casa de un matrimonio acomodado que se mete en el lío de su vida a partir de ese momento. Los chistes son tan clásicos como divertidos, repletos de humor punzante e inteligente, hasta que en el episodio final todo explota como si se tratara de ‘Una noche en la ópera’: los one-liners vuelan, los personajes entran y salen y se nota una agilidad y una juventud que todos creíamos que Allen ya había perdido.