LA REINA DEL CIRCO
by avomega in
Personal
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12 by May by 2022
El pueblo, estaba en las Fiestas de Primavera. La alegría de grandes, y pequeños, era lo más destacado de aquellos días. Lo que más ilusionaba a todos, era la Carpa del Circo. La mayor atracción, era la actuación de la Gran Trapecista María. Sus arriesgados saltos y volteretas,¡ponian a la gente en pie!.Pero María guardaba un secreto…¡estaba muy enamorada de su compañero de actuación!, cuyas mano la sujetaban cuando parecía que iba a estrellarse en la Pista. El viejo payaso Freddy, si se había dado cuenta , por ello, un día,--en un descanso en los ensayos, le advirtió: Ten presente María,(que aunque no lo parezca), el Trapecio tiene vida—y por ello es un poco celoso—y si no le das la atención que él desea, ¡tarde, o temprano se vengará. Ella tomó a broma la advertencia de su amigo. No se podía imaginar que aquella misma noche, iba a ocurrir la advertencia de su amigo Freddy. En uno de sus arriesgados saltos…no miró las manos que habían de sujetarla, y si miró a los ojos de su compañero. ¡Aquello fue fatal!. Sus manos se rozaron, pero él no pudo sujetarla..¡un grito de terror del público, anunció la tragedia!. María, estaba caída en el centro de la Pista, inmóvil como un muñeco roto. Afortunadamente, había salvado la vida. Mucho tiempo, estuvo en un Hospital, pero sus graves lesiones le impedirían ya volverse a subir a un Trapecio. Su compañero, se marchó a otro Circo, para seguir con su carrera artística. Cuando María ya estuvo recuperada, y se unió otra vez a la gran familia del Circo…¡se llevó la gran sorpresa!. El dueño del Circo—que la quería como a una hija—le dijo: Tu sabes, que este Circo ha crecido mucho, y por ello, muchas familias –tanto de Artistas, como de operarios—tienen niños pequeños, a los que no pueden atender como desearían. Por ello, te propongo que seas tu la que te encargues del cuidado de esos niños. Yo pondré a tu disposición todo lo que puedas necesitar. María aceptó ilusionada. Aquello le daba un nuevo sentido a su vida. No le importó dejar de ser la Reina del Trapecio. Ahora reinaba en una Carpa sin grandes focos, pero con un público muy especial y querido para ella ¡Sus queridos niños. en los que volcaba todo el amor que tenía reservado para unos hijos,--que por sus heridas—ya no podría tener, ya que una noche triste y cruel, se lo impidió para siempre…
¡¡La venganza del Trapecio!!.
Queridos niños, y niñas. Cuando vayáis al Circo ¡aplaudir mucho a los Trapecistas, así estaréis aplaudiendo vosotros, a nuestra admirada María.