EL PONY NEGRITO

Aquella Ciudad, tenía una plaza muy alegre. Todas las tardes, al salir del colegio, los niños, y niñas la llenaban de felicidad con sus juegos, risas, y gritos. El motivo de aquella alegría era un precioso Carrito infantil, con bonitos asientos, y muchas campanillas colgando del techo, que los niños, hacían sonar mientras daban vueltas a la plaza. El Carrito, estaba tirado por un precioso Poni al que los niños, por su brillante pelo negro, le llamaban Negrito. El carrito, y el Pony era un regalo del Ayuntamiento para los niños de aquella preciosa Ciudad.
Los abuelitos, cuidaban con esmero aquel –tesoro- que tan felices hacia a sus pequeñines.
Pero…una preciosa niña, no había montado nunca en aquel alegre, y precioso Carrito.
Se trataba de Clarita, la cual, siendo pequeñita, una caída por una escalera, le había dejado, un poquito afectada la movilidad de sus piernas. A pesar de ello, Clarita era muy alegre, y cariñosa. En la plaza, Clarita acaricia, mucho a Negrito, y siempre le lleva alguna golosina. El Poni, adora a su amiguita. En el colegio, Clarita, es una alumna muy inteligente, y excelente compañera
Cuando está con sus amiguitos en la plaza, su papá no se atreve a montarla en el carrito, por temor a que algún movimiento brusco pueda ocasionarle algún daño. Pero, ¡aquella tarde feliz!, sus compañeros de colegio, le pidieron a su papá, ¡que por favor! Subiera Clarita con ellos, ya que cuidarían de ella, y nada malo le podía ocurrir.
¡Emocionado por aquella petición! Tomó en sus brazos a su hijita…¡y la sentó con sus compañeros!. Aquel gesto, fue recibido ¡con aplausos y gritos de alegría. Ante aquel alboroto, Negrito volvió la cabeza para ver que ocurría,¡ y al ver a Clarita allí sentada…¡sus relinchos de alegría , parecía que había enloquecido!
Ante aquella demostración de alegría, y compañerismo, el Ayuntamiento, cambió el nombre de aquella plaza. Quitó la vieja placa con el nombre de: PLAZA MAYOR. Y puso otra más bonita, con el nombre de: PLAZA DE LA AMISTAD.
Y, como así ocurrió, ahora se lo cuenta, a sus queridos niños…