Segundo capitulo la casa del dragon Critica
by Albertocinefilo in
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29 by August by 2022
He de reconocer que no esperaba demasiado de 'La casa del dragón'. En mi mente, la nueva producción de HBO Max apuntaba a ser una explotación algo genérica y desganada del gigantesco fenómeno que resultó ser 'Juego de tronos', pero nada más lejos de la realidad; porque la toma de contacto con ella la semana pasada se tradujo en una sorpresa gigantesca que ya me hace esperar los lunes como en mi primera visita a Westeros.
No obstante, pese a las magníficas sensaciones que me transmitió el piloto, decidí tomarme las cosas con precaución, ya que contó con un director de la talla de Miguel Sapochnik al frente —responsable de capitulazos como 'La batalla de los bastardos' o 'Casa austera'—. Un nombre que sugería que la satisfactoria toma de contacto podría haber sido únicamente un espejismo.
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Nada más lejos de la realidad, porque con su segundo episodio, titulado 'El príncipe canalla', la adaptación de 'Sangre y fuego' continúa demostrando que no tiene nada que envidiar al show de D.B. Weiss y David Benioff; y lo hace apuntalando tramas, desarrollando personajes y articulando giros —más o menos sorprendentes— de un modo tan preciso como adictivo.
De huevos y matrimonios
La toma de contacto con 'La casa del dragón' fue poco menos que empezar de cero; una experiencia un tanto abrumadora en lo que respecta al aluvión de nombres, rostros y referencias que poblaron su metraje. Ahora, con las cartas ya puestas sobre la mesa y con los protagonistas suficientemente definidos, la serie puede permitirse avanzar en su narrativa y anticipar las jugadas que se llevarán a cabo por el dominio del trono de hierro.
'El príncipe canalla' demuestra que, al igual que ocurrió con su predecesora, el motor que mueve la producción, más allá de batallas y espectáculos audiovisuales de primer nivel, es el uso del diálogo; que se utiliza como el arma más afilada que podamos imaginar, y que vuelve a hacer apasionante ver a gente sentada en habitaciones hablando, urdiendo conspiraciones y jugando a dos bandas con la traición por bandera.