Critica a quien le gusta mi follower
by Albertocinefilo in
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12 by September by 2022
Pocos programas han marcado tanto a la televisión española de manera brutal y al mismo tiempo imperceptible como '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'. El programa presentado por Luján Argüelles cambió la forma que en España teníamos de enfrentarnos a los realities: su equipo de montaje era tan bueno que el formato fue mil veces copiado pero nunca igualado.
Las frases sacadas de contexto, los efectos de sonido, la comedia constante, el tono de burla y nihilista se enfrentaba frontalmente al resto de realities: mientras aquellos reivindicaban su puesto en televisión como una alternativa de entretenimiento seria, en Cuatro aceptaban su condición de mamarrachada y la explotaban al máximo hasta convertirse en una de las piezas de comedia claves para entender el devenir del humor televisivo español en el siglo XXI, mucho menos reconocido pero igual de influente que los chanantes.
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Unfollows y desamor
Ahora, cinco años después del último episodio de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', Luján Argüelles vuelve en un reality de citas claramente deudor de aquel desde su propio título en forma de pregunta, como una especie de sucesor espiritual pero con mucha menos mala leche y carisma: '¿A quién le gusta mi follower?'.
Como decían en la promo de 'Insiders' (probablemente lo mejor que salió de aquello), los concursantes de hoy en día saben a lo que van. No puede haber sorpresas porque han visto mucha televisión, viven en redes sociales y son conscientes de lo que decir y hacer para conseguir fama y reconocimiento. Las salidas de tono del programa de Cuatro, con la fabulosa Mari Carmen a la cabeza, aquí se transforman en transgresiones muy medidas y sin ninguna gracia.
A Quien Le Gusta
El equipo de montaje hace lo que puede para intentar traer el espíritu de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?', pero, a diferencia de aquel, se le ven las costuras. Más allá de un par de running gags realmente inspirados (el jingle de 'El psicólogo'), el programa, más allá de un buen piloto con mejores intenciones que tono enseguida se embarra. Para cuando llega el episodio final, Netflix hace bien en preguntar "¿Sigues ahí?", porque gran parte de su público se habrá ido.