La leyenda del águila
by avomega in
Personal
0
0
8 by March by 2023
En Europa existe un país llamado Albania, lleno de hermosos lugares y gente muy amable. Allí mismo, existe también una antigua leyenda que explica la razón de un nombre tan curioso para un país…Y es que se dice que, hace mucho tiempo, cuando el mundo aún era joven, un chico de larga melena despertó con el sol y se fue a cazar a la cima de una montaña. Cuando llegó al pico más alto descubrió que un águila de gran tamaño bajaba del cielo y, con gráciles movimientos, aterrizaba en su nido. En el pico del águila, mientras seguía en descenso, se observaba una salvaje serpiente muy bien sujeta y rígida como una rama.
¡Qué buena suerte tiene el águila, que apenas ha amanecido y ya ha encontrado comida para su cría!– Exclamó el chico muy sorprendido.
Entonces, el águila dejó caer la serpiente en su nido, creyéndola totalmente muerta, para que de esa forma sus crías pudiesen comer a gusto. Tras esto, y sin pensarlo demasiado, alzó nuevamente el vuelo en busca de más alimento. Sin embargo, y apenas desapareció, la serpiente comenzó a removerse y a colocarse cada vez más cerca de las pequeñas águilas, hasta que abrió su boca mostrando unos amenazantes y venenosos colmillos. ¡La serpiente no estaba muerta!
Leyenda del águila de Albania
Aquella situación provocó que las pequeñas crías se aterrorizasen sin poder escapar. Entonces, el muchacho (que observaba todo esto desde lo lejos y no sabía cuál podía ser la mejor manera de ayudar), cogió su arco y apuntó al reptil disparando y acertando el disparo. Gracias a su rápida actuación el joven pudo salvar la vida de las crías, y con sus manos suaves agarró y envolvió a las criaturas en sus brazos. Tan sorprendido se sentía el joven con la belleza de aquellos pequeñísimos animales, y tan contento y emocionado se encontraba por haber salvado sus vidas, que no pensó demasiado el llevárselas consigo, dejando ahora sí el nido vacío.
Más tarde, cuando la mamá águila volvió al nido y no encontró a sus crías, se sintió totalmente desesperada y comenzó a volar en su busca, descubriendo al poco rato que se encontraban en los brazos de un intruso. Muy rabiosa quiso luchar contra el joven que, tozudo, rápidamente le explicó la situación y su error fatal al dejar a sus criaturas a merced de una serpiente que tan solo fingía estar muerta:
Te concederé dos cualidades si me devuelves a mis crías –Dijo la mamá águila.
¿Cuáles? –Preguntó con dudas el muchacho.
Tus ojos serán tan agudos como los míos y tus brazos serán tan fuertes como unas grandes alas. Serás invencible y te llamarán “águila”, como me llaman a mí.
El joven se lo pensó un poco pero finalmente aceptó, pues pudo darse cuenta de la gran desesperación de la mamá águila, y tras ello se despidió. Pasadas muchas lunas desde entonces, cuando el joven ya se había convertido en un hombre y casi se había olvidado de todo, la promesa del águila se cumplió. De este modo, el cazador se volvió el más fuerte y audaz de todos, incluso yendo más allá y defendiendo cuando podía al pueblo en el que vivía de todos los rufianes que se acercaban.
Las pequeñas crías que salvó también crecieron, volviéndose tan grandes y fuertes como su madre. Y como nunca olvidaron a aquel muchacho que salvó sus vidas y les dio cobijo cuando estaban muertas de miedo, por lo que decidieron quedarse con él pasa siempre protegiéndole desde las alturas, y ofreciéndole esas grandes alas que su mamá, antaño, le había prometido. Y no quedó ahí la cosa, pues la fama de este gran héroe y cazador fue creciendo con los años y las personas, en lugar de llamarle por su nombre, le llamaron desde entonces «hijo del águila». Del mismo modo, el lugar en el que vivía también recibió un nuevo y gran nombre: Albania, que significa «tierra de águilas».