Reflexión
by Sonia Strong in
Personal
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12 by March by 2023
La vida es como el escenario de un atardecer, en el que un instante después puede no ser la misma. Todo cambia, se transforma. Solemos desaprovechar el tiempo de estar presentes, de estar vivos, con el daño guardado, el rencor, la rabia, lo que ya no tiene marcha atrás; nos ponemos a escribir sobre las páginas pasadas haciendo que pesen más en vez de recalcular el camino por andar, y ni le damos valor a muchas de las cosas que podrían aliviar el alma, desde una simple mirada o la palabra de amor o de orgullo al diálogo incesante para entendernos y no irnos con el runrún en la cabeza, el enfado, la distancia emocional, mientras el tic tac no se detiene pero nuestro corazón puede sí hacerlo. En cualquier momento. Implacable. Sin aviso. Indeseable. Y cuando alguien se va, la vida que sigue, ha detenido a la espera por algo, a algún plan, a alguna ilusión. Los momentos indeseables siempre serán inoportunos. Hay que darse la oportunidad de ser felices y que nada se quede en el tintero para cuando nos falten o para cuando faltemos.