i think you should leave Critica
by Albertocinefilo in
About Pampling
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1 by June by 2023
Es una pena que siga habiendo gente que crea a pies juntillas que ya no hay humor ni formatos innovadores en la televisión estadounidense. Vivimos en un momento audiovisual en el que han convivido 'Los ensayos', 'How to with John Wilson', 'Documentary Now', 'El show de Eric Andre' o este 'I think you should leave': negar la realidad y el estado de forma de la comedia actual es, simplemente, muestra de cerrazón mental y no querer abrirse a formatos que, cada vez más, se encierran en sí mismos y son café para los más cafeteros. Y la tercera temporada del creado por Tim Robinson viene bien cargadito.
Dura sólo 3 horas y es de las mejores series de la historia de Netflix: el programa de sketches más absurdo y emocionalmente extremo que crea momentazos por doquier
EN ESPINOF
Dura sólo 3 horas y es de las mejores series de la historia de Netflix: el programa de sketches más absurdo y emocionalmente extremo que crea momentazos por doquier
El absurdo de lo imprevisible
Lo mejor de cada sketch de 'I think you should leave (with Tim Robinson)' es que tiene un desarrollo absolutamente imprevisible, en parte por la manía de su protagonista por negarle al público un punch final, una frase o un momento que cierre toda la locura. No es necesario: los sketches del programa de Netflix son puro planteamiento, un río que no para de fluir, un descenso a la locura en el que lo de menos es que termine de forma satisfactoria. Este programa no quiere ser el amigo de un público adormecido: su rareza tanto en tono como en forma busca una audiencia que juegue con él. Y por suerte, parece que existe.
Es un milagro que esta serie haya tenido tres temporadas en una Netflix acostumbrada a cortar todo lo que no les da beneficios inmediatos. Tim Robinson es un cómico de culto que tiene más que ver con Tim Heidecker y Eric Wareheim que con Jerry Seinfeld: sus sketches traspasan el intento de viralidad barata y se centran en alargar todo lo posible la idea inicial con giros y giros dentro de los giros. Si entras, probablemente acabes con dolor de barriga de tanto reír. Si no, no te voy a engañar: estás ante el tedio más grande de tu vida.