la sociedad de la nieve Critica
by Albertocinefilo in
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22 by September by 2023
Hace tiempo que en España tenemos un problema a la hora de enviar las películas que nos representen en los Oscar: los académicos escogen cine muy nuestro, pero sin pensar en lo que están buscando en Hollywood. Allí, su público potencial no sabe cómo enfrentarse a propuestas como ‘Alcarràs’ o -posiblemente la más marciana de los últimos años- ‘El buen patrón’. Y claro, el resultado siempre es el mismo: nos quedamos con las ganas. Durante estos días ha habido una polémica (ligera, como todo lo que tiene que ver con nuestro cine) a raíz de no haber llevado a Hollywood ‘Cerrar los ojos’, el último trabajo de Víctor Erice, como homenaje a su carrera. Pero después de ver ‘La sociedad de la nieve’, personalmente no tengo ninguna duda: esto es lo que quieren ver en los Óscar en 2023. Si este año teníamos alguna posibilidad, estaba aquí.
Con solo dos nominaciones en veinte años, creo que está demostrado que la selección de España para el Óscar a mejor película internacional es un modelo arcaico y lleno de errores
EN ESPINOF
Con solo dos nominaciones en veinte años, creo que está demostrado que la selección de España para el Óscar a mejor película internacional es un modelo arcaico y lleno de errores
¿Quiénes fuimos en la montaña?
Sí, ‘La sociedad de la nieve’ es la misma historia que ya se contó en ‘¡Viven!’, pero son dos películas abrumadoramente distintas. No hay color: J.A. Bayona tiene un manejo de la cámara espectacular y una narrativa sobresaliente. Lejos de buscar el morbo del canibalismo o regodearse en el misery porn, el director español permite que los personajes, además de sufrir y luchar por su vida, tengan un respiro dentro de la brutal experiencia que están viviendo. Así, decide mostrarles también riendo, jugando, divirtiéndose y, en general, da dignidad a un grupo de supervivientes que deben pasar a la historia como algo más que eso: al fin y al cabo, son seres humanos.
La película de Bayona se preocupa en mostrar a cada uno de los personajes como algo más que una máquina de gritos que se comió a sus amigos: todos ellos tienen personalidad, remordimientos y esperanzas (representadas en esa maleta con los recuerdos de los fallecidos tratada con respeto casi beato). Cada uno vive, aunque sea en unos pocos minutos, su propio viaje particular. Y el enfoque de Bayona no es el que cualquier director daría a una cinta de pura supervivencia: en lugar de contar los hechos de forma wikipédica, pivota sobre una perspectiva mucho más humanista que, quizá, se le va de las manos en un monólogo final pasado de vueltas.