la contadora de peliculas
by Albertocinefilo in
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5 by November by 2023
Hacia la mitad de 'La contadora de películas', después de haber disfrutado de una historia imperfectamente narrada pero original y entrañable, crees que está todo el pescado vendido. La película podría acabar ahí, con una última escena. Pero no. Por algún motivo, continúa sin parar, demostrando que saber cuándo se ha terminado lo que quieres contar es un arte del que no todo el mundo es un maestro. Desde luego, Lone Scherfig y sus tres guionistas (entre los que se encuentra Isabel Coixet) no lo son. Tristemente.
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Dejad que os cuente
Estamos en un pueblecito de Chile, en los años 60, donde un padre trabaja duramente para sacar adelante a su familia. Su único momento feliz de la semana es ir al cine a que le cuenten historias y rememorarlas después. Vivir en celuloide. Tener la oportunidad, durante unas horas, de escaparse a otras vidas. Sin embargo, cuando tiene un accidente y pierde su trabajo, solo tiene dinero para enviar a un hijo al cine y que después narre la cinta. Y aquí vienen los problemas.
Porque 'La contadora de películas' empieza como un 'Cinema paradiso' que habla del poder de las historias en tu vida y que da pie a los típicos comentarios de cualquier crítica de este estilo: "Carta de amor al cine"; "El poder sanador de las historias", etcétera. Pero, ay, pronto empieza a pivotar entre distintos temas sin tener muy claro lo que quiere narrar. Cuando te acostumbras a que la película reflexiones sobre la necesidad vital de contar historias y la tradición oral, pivota hacia el drama familiar, la búsqueda de la felicidad (y la fama), el Chile vacíado y la historia del país. Es un guion absolutamente descentrado que en ningún momento logra emocionar por culpa de sus continuos vaivenes.