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Advierto. Voy a tocar un tema delicado. Quizá porque hoy estoy en uno de esos días que te quedas pensando.

Algo que escribí en mi libro Cómo combatir los monstruos, es que la gente no quiere morir, la gente sólo quiere dejar de sentir dolor. Mucha gente cree que el que dice que quiere suicidarse es porque simplemente llama la atención, pero no tiene intención. Quizá sí sea una llamada de atención, la de socorro, pero sí serían capaces, sólo que no quieren, están buscando razones para seguir vivos como el que busca aire después de haberte zambullido al agua hasta vaciar todo su oxígeno. Hay muchas cosas evitables si los demás préstamos atención, si los demás aprendemos a captar el lenguaje no verbal, a entender los cambios bruscos de humor, los tonos agresivos al hablar, las miradas perdidas hacia la nada.

La gente no va a pedir ayuda normalmente. Porque cuesta pedirla, porque no sabes cómo, porque no quieres que nadie se preocupe tanto. Por lo tanto, sería bueno ser comprensivos con los demás, pensar que quizá pase algo.

El cariño, el apoyo, la escucha, el halago. Son herramientas muy valiosas que usar.

Sé de lo que hablo. Sufrí depresión infantil. Pero no quedó ahí, me acompañó en la adolescencia y me ha acompañado a mi vida adulta.
Sé lo que es la depresión, la ansiedad, la ira. La ira que te controla por completo y dejas de ser tú para ser todos tus monstruos queriendo romper con todo de una vez como quien busca desesperado el aire después de haberse zambullido un buen rato bajo el agua.


Si queréis leer todo lo que aprendí a base de sentirlo, tenéis mi libro aquí.
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https://www.amazon.es/C%C3%B3mo-combatir-monstruos-Sonia-Strong/dp/B0CKQ9Q3CG?ref_=ast_author_mpb&fbclid=PAY2xjawG383dleHRuA2FlbQIxMAABpkqQlPozQ4EUyUNIejnCpgoJfdYXpWRt2uT7bpomzBvST2NMJrS67PJqJg_aem_-emQA6Y4cCxG-0suANFaKQ