Mr. Holmes

Hoy vengo a hablaros de la película Mr. Holmes. Como de cosstumbre, aviso que habrá SPOILERS. Lo digo para evitar disgustos ;)
Lo primero que quiero decir para que quede muy clarito desde ya es te quiero, Ian. Una de las razones por las que me llamó la película y por las que la traigo aquí es él. Cuando el filme parece que se va a hundir inevitablemente, McKellen saca la fiera que lleva dentro y consigue levantar el momento y engancharte las veces que hagan falta.
El planteamiento de la película es bastante original ya que no muestra al típico Sherlock Holmes joven, resolviendo casos como cruzigramas y teniendo en ocasiones batallas épicas contra el villano. Aquí se retrata al Holmes anciano, retirado totalmente de las investigaciones y sufriendo de una enfermedad degenerativa que le va limitando tanto la memoria como las capacidades cognitivas. Es la leyenda viva cuando está a punto de convertirse en leyenda. Personalmente, esta idea me gusta muchísimo porque Sherlock Holmes es uno de los personajes que más me han atraído de la literatura y, si bien se han hecho cientos de adaptaciones al cine y la televisión, al final muy pocas valen por las iteraciones insípidas y la falta de innovación más allá de situarlo en el mundo moderno. Sin embargo, todo esto perderá fuerza a medida que avance la historia.
El único objetivo de Sherlock esta vez es reescribir su último caso, tras el cual se retiró, porque Watson cambió de algún modo el final. En esto entra en escena el hijo de la ama de llaves o asistenta, que viven con él, y empieza a interesarse por el viejo. Aquí ya se ve venir la típica historia de adulto hundido al que un niño ayuda a salir del pozo. Es una herramienta muy usada en la historia de la literatura y el cine.
El niño acaba cumpliendo su función de "devolverle la vida" a Holmes gracias a que se interesa por el caso que está escribiendo, por la apicultura, que tendrá mucha importancia en el final... Pero hacia la mitad de la película, odias a ese niño. Hay un par de escenas, en especial la segunda, en que tú, como persona, sientes la necesidad de darle un tortazo a ese niño por cómo trata a su madre y a Holmes. Es cierto que luego recupera la cordura, pero esa torta no se la habría quitado nadie.
Mientras tanto, podemos ver el día a día actual de Sherlock enlazado con flashes del caso que está recordando y de un viaje reciente a Japón para buscar unas plantas que mejoran la memoria. Sinceramente, no veo la necesidad de extenderse tanto en el viaje a Japón. Con él, la historia pierde ritmo y añade información que solo acentúa el sentimiento pena hacia Holmes.
Respecto al caso que intenta rememorar, ojalá pudiese decir algo más que esto. Previsible desde que salen de la biblioteca. Entiendo que sea un motivo más que suficiente como para que el gran Sherlcok Holmes, ya iniciando su decrepitud, se retire pero esperaba una historia más cercana a él desde el principio. Sí que voy a destacar la reflexión final sobre el amor y vivir la vida.
El final de la película me dejó un cierto sabor agridulce, dejando a un lado que se veía venir el ataque de las avispas desde el principio. Por un lado, me alegro de que ese viejo aislado y triste puede pasar sus últimos años de vida con una especie de familia que le quiera. Sin embargo, me habría gustado que el niño muriese, que la madre se fuese con su prima y que Holmes acabase solo. Es muy cruel, pero creo que sería un mejor reflejo de la personalidad del detective durante toda su vida.
En definitiva, adoro a Ian McKellen, me entusiasma la visión que se propone del mejor detective de la historia y no me desagada demasiado el resultado final, pero hubiese preferido una inmersión más profunda en la mente de Holmes en lugar de tanto sentimentalismo.