Cosas

Una de las cosas que más me gusta de hacer nuevos amigos o de conocer a una persona a la que antes solo decías “hola” o “adiós” por la calle son las revelaciones espontáneas. Quiero decir, al principio sueles hablar con la gente del tiempo (no nos engañemos), de las ganas que tienes de fin de semana, o decir de dónde eres. Pero después, cuando pasas tiempo con ellas empiezan a abrirse y cuando menos te lo esperas te cuentan cosas de cuando eran pequeños, cosas vergonzosas que les han pasado o de cómo les hace sentir tal. Cosas que ni te imaginabas que ibas a saber de esas personas cuando las ves por primera vez. Y tú también cuentas tus preocupaciones, anécdotas de tu vida y os pasáis un rato riéndoos como tontos de cualquier detalle. Entonces hablar del tiempo pasa a ser algo secundario que solamente importa cuando tenéis que ir a un sitio juntos y nadie lleva paraguas.