Mi tierra
by Un Juntaletras más in
Personal
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1 by March by 2016
Últimamente, cuando creía que la vida empezaba a ser anormal, he vuelto a encontrarme con un montón de gente en defensa de su tierra. Que si gaditanos con el carnaval, que si sevillanos con la Semana Santa, que si catalanes con su país, que si europeos con su continente y americanos con sus Estados Unidos... Uno por otro, al final es la misma historia con distinta ubicación.
Resulta digno de estudio el presenciar cómo puede una misma persona declararse natural de una región hasta tal punto que la región le pertenece. Y casi más rídiculo es aquel que va de más a menos en su radio de nacimiento y grandiosidad, siendo en numerosas ocasiones su barrio el mejor lugar del planeta.
Y lo mismo pasa con la gente de oriente próximo, con la diferencia de que los vemos a todos más radicalizados. Tal vez sea por la barba y el turbante. Tal vez si fueran rubios, altos y guapetes no se les trataría tan mal. Y si ya hablasen una lengua sajona sería la leche.
Por otro lado, si nos dejamos de individualismos podemos ver que este fenómeno se toma con mucha más seriedad en todo el mundo. A fin de cuentas, la extrapolación del "mi tierra" no es más que una línea imaginaria e infinita que cruza la tierra y el mar a partes igual, que en África se trazó con escuadra y cartabón por los mismos que hoy piden igualdad y "respect" mientras venden armas y levantas vallas con cuchillas. Pero a la vista está la importancia de las fronteras en un mundo en el que cualquiera podría viajar de un sitio a otro sin problemas de no ser por algún océano, alguna cordillera y algunas políticas de inmigración. Vamos, que los que nos quejamos del problema de las migraciones masivas de refugiados lo hacemos por vicio o porque nadie nos ha explicado que la solución fácil es que niños, viejos y desahuciados en general por un conflicto bélico a las puertas de la tierra del progreso vengan a nado, como David Meca. ¿Y si se ahogan? Imposible. Con esas barcazas que traen, ¿cómo van a ahogarse? Es de lógica.
Lo que resultaría irónico es que mantengamos una frontera moral personal con esta gente porque hablan otro idioma, rezan a otro dios, tienen tradiciones distintas... ¡Con lo bonitas que son las tradiciones en occidente! Tenemos desde maltrato animal y falsos estados laicos (por tradición) hasta ventes indiscriminadas y legales de armas y políticos que no gobiernan ni en sus casas (por tradición).
Pero lo que más me extraña es la gente que comparte todas estas cosas, viven a unas decenas de kilómetros y se llevan a matar por... ¿qué? Vale, quizás exagere, casi nadie ha muerto por estas cosas en los últimos 40 años. Bueno, salvando los casos aislados de terrorismo nacionalista. Bueno, y algunas extrañas muertes de periodistas, testigos, políticos sin nombre imputados... Pero nadie puede negar la rivalidad, a veces muy poco sana, entre hermandades de Semana Santa, por ejemplo. O entre aficiones de equipos de fútbol. Y porque los fans de los nuevos artístas idolatrados del momento no tienen más de 15 años, si no corrían ríos de sangre.
Entiendo que cada uno defienda su tierra porque es dónde ha querido nacer, dónde ha querido formarse y dónde ha querido que sus amigos hayan querido vivir, pero creo que cuanto más cierras tu círculo de "mi tierra" más demuestras tu estupidez. En serio, pensadlo. ¿Podéis asegurar que vuestra ciudad o calle es la más bonita (o lo que se os antoje) del mundo sin haber salido nunca de ella?
Personalmente prefiero decir que mi tierra es la Tierra, y así me quito también todos los problemas de racismo y xenofobia al mismo tiempo que no dejan de ser más que una falsa concepción del mundo.
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