Personal
by ArcticRaccoon in
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19 by April by 2016
Un día estaba paseando calle arriba, calle abajo, sin rumbo ni destino. Estaba atravesando una mala época sentimental, y me sentía algo perdido; me costaba mostrar cualquier tipo de afecto sincero y sonreír era imposible, por aquel entonces.
Al adentrarme en un callejón, un vagabundo con olor a vino se me acercó despacio y me pidió algo de dinero. Palpé mis bolsillos con suavidad, pero estaban vacíos. Estaba a punto de decirle que no, cuando vi una loncha de queso en el suelo, y estaba a mis pies. Me agaché, agarré la loncha apenas sucia y la alcé al cielo con un gesto noble y victorioso. El vagabundo, con la mirada iluminada, dio un paso al frente y juntó sus manos con las mías, por encima de nuestras cabezas. Lentamente. El calor de nuestros cuerpos aumentaba y el magnetismo de nuestras miradas hacía temblar el corazón. La intensa melodía atrapaba su mente con la mía, mis manos con las suyas, su aliento tinto con el mío.
Unidos por la loncha de queso, comenzamos a ascender hacia el firmamento mientras un aura de mágicos destellos nos envolvía. El vagabundo, con lágrimas en los ojos, quiso agradecerme mi acto de bondad; pero antes de que dijera nada, fundí mis labios con los suyos mientras ascendíamos y girábamos lentamente, en una desatada vorágine de pasión. Su barba acariciaba mi perilla, sus lágrimas de felicidad corrían por mi cara, y nuestras salvajes caderas se empujaban con ímpetu, atrapadas en una cálida ilusión.
El queso se derretía sobre nuestras cabezas y nos cubría como si de un halo se tratara, al igual que la saliva que emanaba de nuestro apasionado beso. Sus manos exploraban mi cuerpo y las mías el suyo, su lengua exploraba mi interior y la mía el suyo. El queso se fundía más y más, y junto con el sudor de nuestros cuerpos, recorría la piel. Podíamos notar los latidos del corazón del otro, podíamos pensar lo que pensaba el otro, podíamos soñar lo que soñaba el otro, nada podía detenernos.
Y siendo uno solo, fundidos el uno con el otro, como si de queso se tratara...
...ascendimos para siempre, hasta el sol.
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