La tormenta perfecta
by Nago-chan in
Personal
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28 by February by 2010
Y no me refiero a la pelicula de George Clooney. Ciclogénesis explosiva es un termino nuevo que hemos conocido este fín de semana. Es ese fenomeno que hace que nos planteemos que las olas del paseo nuevo donostiarra spueden llegar a comerse la tierra, convirtiendo la ciudad más bonita del mundo en la nueva Venecia, o peor, en la nueva Atlantida.
Cada año nos por estas fechas los informativos se llenan de imagenes bonitas del mar enfurecido, y nos alertan de los fuertes vientos que podrían visitarnos durante la jornada. Pero al final nunca pasa nada, a parte de que alguien se queda con un calcetin desparejado, porque el otro ha decidido volar desde el tenderete hasta el arbol de la esquina.
Pero ayer fue de verdad. Durante la tarde se fue la luz un rato, y luego volvio. El viento nos hacia parecer borrachos haciendo eses por las aceras, y todos mirabamos a los valcones por si caia alguna maceta. Por la noche se fue la luz en todo el barrio, pero para entonces yo ya estaba en la calle, en un bar iluminado con velas. Después, mis amigas y yo decidimos emprender la aventura de bajar al centro. Fue divertido, a pesar de que cada vez que el viento daba un golpe gritabamos, porque las piedritas nos pegaban en la cara. Al final termine comiendo chicle con tierra.
Nos enteramos de que un tramo de carrerera estaba cerrado por precaución, porque los paneles de las fabricas habiín volado, hasta 3 calles más allá y habían herido a un hombre. En el trayecto de casa a la calle no vimos ni un solo contenedor en pie. En el centro si había luz, y los bares estaban como siempre. Lo peor era salir de uno para entrar en otro. Primero asomabamos la cara, y cuando veíamos que no había tanto viento salíamos corriendo para otro sitio. Las bolsas y las hojas nos atacaban cada dos por tres, y hasta desaparecio un arbolito que adorna las jardineras de un bar. Pobre arbolito.
No se a que hora dejo de soplar tan fuerte el viento, pero el caso es que cuando subíamos para casa no había riesgo de nada. Al llegar al barrio vimos que seguía sin luz, pero una que es previsora llevaba linterna. Había un tramo en el que supusimos que pego muy fuerte el viento porque el suelo estaba lleno de tejas rotas, y un coche tenía arrancado el logo de la marca y tenía varias marcas por una teja que le calló de pleno.
Lo más divertido ha sido esta mañana. Ilusa de mi le he dado al interruptor, pero nada, seguiamos sin luz. He pensado que era mejor ducharme cuanto antes, porque si no podia usar el secador, mejor lavarme la cabeza pronto para que le diera tiempo al pelo de secarse solo. He cogido una linterna y la he colgado del toallero. Con esa poca luz me he metido en la ducha. He descubierto que no es lo mismo el agua fria de agosto en Badajoz que el agua fria de febrero en Gipuzkoa. Me dolía hasta la piel de la cabeza!!! Pero bueno, he conseguido salir de la ducha sana y salva, no sin antes mojarlo todo. Y cuando por fín me las he apañado para entrar en calor, plof!, todas las luces de la casa se han encendido. Así que por lo menos me he podido secar el pelo.
Lo mejor de esta tormenta perfecta es que nos ha dejado un domingo soleado con el cielo azul, y un montón de anecdotas que comentar durante el día. También ha ayudado a que esta mañana haya sido entretenida, y a darme cuenta de que el ser humano es tonto; por más que sepamos que no hay luz, seguimos dandole al interruptor cada vez que entramos en una habitación.
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