Cucha qué Peli: Kubo y las dos cuerdas mágicas

Colaboro en una revista quincenal escribiendo mis impresiones sobre las películas que veo en el cine. No son críticas porque no soy más que un aficionado. Iré poniendo por aquí los artículos pasados:

Kubo y las dos cuerdas mágicas es una película de animación grabada con la técnica de stop motion (fotografiando miles de veces figuras y objetos creados con plastilina y otros materiales) del estudio Laika. Está ambientada en el Japón mágico de las leyendas entre los periodos Sengoku y Edo.

El joven Kubo es hijo de Hanzo, el que fuera el más importante de los samuráis. Su madre es a su vez la hija del Rey Luna, quien robó el ojo izquierdo de Kubo cuando éste era un bebé. Desde entonces lo persigue con la ayuda de sus otras dos hijas con la intención de arrebatarle el otro ojo. Así que Kubo y su madre han de vivir ocultándose en cuanto se pone el sol para no ser encontrados. Por el día, Kubo se gana la vida contando historias con figuras de origami (papel doblado) que mueve mágicamente tocando con su shamisen (instrumento típico japonés similar a una guitarra) Pero si rompe una de las cuerdas puede hacer poderosos conjuros.

Cuando anochece sin estar resguardado, las dos hermanas atacan a nuestro protagonista destrozando de paso su aldea. Ahora Kubo deberá continuar la misión de su padre y encontrar las tres piezas de la mítica armadura con la que podrá enfrentarse al Rey Luna. Para ello contará con la ayuda del origami Hanzo, Mona y Escarabajo.

Un viaje en el que importan tanto más que los kilómetros recorridos, el descubrimiento de los protagonistas acerca de su propia historia. La magia está muy presente, pero no es más que un punto más en toda esta historia de superación.

Laika debutó con La novia cadáver bajo el amparo de Tim Burton. Ya como estudio independiente, realizó Los mundos de Coraline, Para-Norman y Los Boxtrolls. Así que ésta es su cuarta película, todas ellas realizadas con la técnica de stop motion. Con esta técnica es muy complicado hacer efectos como los del agua, pero en Kubo y las dos cuerdas mágicas, solventan este problema con nota. Además de usar figuras de varios metros de tamaño con la dificultad que conlleva.

Visualmente es preciosa. Los movimientos están muy logrados, los colores y la iluminación dotan a cada imagen de un realismo mágico. La música de Dario Marianelli nos transporta de inmediato al lejano oriente y se integra tanto en las escenas de acción como en las que Kubo cuenta sus historias mientras las figuras de papel cobran vida.

El mejor adjetivo para describir esta película es 'mágica'. Es una historia original, pero bien podría ser un cuento clásico. Es un 'héroe de las mil caras' sobre los que escribió Joseph Campbell. Pero tiene más, como la sorprendente forma con la que vence al enemigo final. Una película recomendada para grandes o pequeños, para todos aquellos que creen en la magia.