La vida con mascotas. No compres, adopta!

Hoy voy a hablaros de la primera mascota que tuve cuando me independicé hace 13 años. Hay que ver como pasa el tiempo...
Yo siempre había querido adoptar un perro de una protectora, así que a la semana de independizarme me fui con el que era mi novio y compañero de casa por aquel entonces a una protectora a buscar una perrita para mí.
Cuando llegamos, las chicas de la protectora empezaron a mostrarnos a todos los animales. Los tenían metidos por grupos en diferentes jaulas. La verdad es que no entendí, ni entiendo a día de hoy su criterio, pero bueno...
Por aquel entonces no había tanta información y supongo que de notaba incluso para las cuidadoras, pues en el habitáculo en que encontré a mi perra tenían a todas las hembras en celo. Sí, no te las daban ni esterilizadas ni con chip.
El caso es que de todas las que vimos a mí me gustó esa perrita. Era de tamaño mediano, una mezcla de pastor belga y collie, súper bonita y peluda, negra con las patas color fuego y flecos largos y una carita de buena...
Pues yo le dije a mi novio que quería a esa perra y él no estaba convencido, él quería a otra que era mezcla de doberman y estaba en la misma jaula, pero el caso es que la perra iba a ser para mí aunque viviera con los dos. La chica de la protectora nos hizo salir fuera a hablarlo y me intentaba convencer a mí de que me llevara la que él decía.
Volvimos a entrar en la jaula y la cuidadora quiso enseñarme como jugaba con la pelota la doberman. Mi perra estaba entonces en un rinconcito y las dos nos mirábamos en la distancia. Entonces la cuidadora tiró la pelota y la otra perra fue a por ella. Mi perra también fue y la doberman le mordió en el ojo!!
Yo le dije a la de la protectora que estaba todo clarísimo, que yo quería a la atacada, no a la atacante.
¿Sabéis que hizo mi perrita? Vino y se sentó delante de mí, mirándome fijamente, como pidiéndome irse conmigo. Yo siempre digo que ella me eligió a mí, jamás me olvidaré de lo que me transmitió esa mirada.
Pues adopté a mi perra. Llevaba tres años en la protectora y no le habían puesto nombre, o la chica que estaba ese día no sabía cómo la llamaban. Lo dicho, hoy en día sería impensable.
Al día siguiente fui al veterinario y le hicimos una revisión, le curaron la herida del ojo y le pusieron el chip, a mi nombre. La llamé Narsil como la espada del señor de los anillos.
Mi Narsil ha sido unos de mis grandes amores. Tenía mucho miedo a todo, había sido maltratada y tenía mucho miedo a los hombres y a subir las escaleras, por lo visto en su anterior casa le pegaban al subirlas. Tuve que enseñarle a subir a casa, me la ponía entre las piernas y le subía primero dos patas y luego las otras dos y a cada bloque de escaleras subido le daba un premio. Así cuatro pisos.
La primera vez que salimos a pasear iba caminando y de vez en cuando se giraba y me subía las patitas encima como dando las gracias. Era muy buena.
Cuando me separé de este chico no fue fácil, como es habitual, pero además teníamos el piso en hipoteca compartida. Yo le dije que no quería nada (yo solo quería irme y él siempre me retenía y me decía que se quedaría a mis perras si yo me iba porque yo no tenía sueldo fijo ni casa propia y con ese temor consiguió retenerme un tiempo). Le dije que yo solo quería llevarme a mis perras y que él se lo quedara todo.
Al final me llevé a mis perras pero al hacer el cambio de nombre de la casa tuvo que darme mi parte correspondiente de pasta porque era lo legal.
Mis perras se fueron a vivir con mis padres. A la segunda me la había encontrado en la calle de cachorrilla con los ojos cerrados y el cordón umbilical todavía colgando, se llama Boira y es una mestiza de husky y podenco.
Narsil vivió hasta el 2013. Murió con 18 años. El día que mi madre me lo dijo por teléfono, yo estaba en Barcelona, acababa de salir de un examen y mi madre se había esperado dos días a decírmelo para no joderme los estudios. Me sentí fatal por no haberme podido despedir de ella. Pero sé que fue muy feliz en mi familia y siempre me acordaré de ella, siempre.
Boira ahora ya es mayor pero está muy bonica y feliz, la quiero mucho también. La crié con biberón, así que fue mi bebé jajaja.
Espero que de verdad algún día la gente deje de comprar totalmente y solo adopten. Me encantan los animales pero jamás compraría a un amigo.
Mañana os hablaré de mis gatas ;)