Kotoura-san
by Un Juntaletras más in
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24 by September by 2016
Hoy os traigo una de las sorpresas más agradables que me he encontrado en el mundo del anime.
Kotoura-san cuenta la historia de una niña de 15 años con el don de leer cualquier mente. En su mayoría, el anime se desarrolla en un tono humorístico apoyado en clichés bastante convencionales de los subgéneros de school, slice of life y romance. Sin embargo, esta serie destaca por tener unos puntos de drama execelentes.
En primer lugar, el anime tiene uno de los mejores arranques y más tristes que he visto en bastante tiempo. Empieza contando la vida de Kotoura desde su nacimiento. En ese momento nos ubicamos en su habitación, donde todo es alegría representada a través de los colores y la forma de hablar de Kotoura y su madre. Ya siendo una niña se empieza a notar su habilidad con cosas pequeñas y sin importancia, como adivinar lo que hay para desayunar o ganar siempre al piedra, papel o tijeras. No obstante, su vida empieza a torcerse rápidamente cuando está en el colegio y no es consciente del poder que tiene.
El primer problema serio que tiene aparece cuando empiezan a hablar de chicos y todas sus amigas dicen que los chicos son unos tontos, pero Kotoura revela que a una le gusta uno, a otra le gusta otro, a otra le gusta el mismo... Y llega uno de los chicos mencionados en la conversación y dice que él nunca estaría con unas chicas tan feas. Ahí se empieza a liar todo y los profesores llaman a los padres de Kotoura para que intenten hacer algo con su hija.
Pero Kotoura es una niña. No entiende que lo que hace no es normal y mucho menos si está bien o mal. Ella solo oye a la gente hablar, con la diferencia de que oye sus pensamientos. Pero al igual que ella no entiende por qué está mal lo que hace, nadie más entiende por qué hace lo que hace.
A la larga, sus padres empiezan a cansarse de esa situación, de no poder afrontar lo que le ocurre a su hija, y empiezan a hacer vidas separadas. Así es hasta el punto de que ambos tienen sus aventuras extramatrimoniales y Kotoura las destapa sin saber lo que está haciendo. Eso termina por provocar la separación de sus padres al mismo tiempo que empieza a quedarse completamente sola en la escuela.
Incluso cuando encuentra a alguien en quien apoyarse mínimamente, un gato abandonado en un parque, una señora lo echa de allí y Kotoura se derrumba por completo sintiéndose una completa marginada en el mundo.
Cuando llega al instituto, en el camino a la escuela, podemos ver un plano aéreo de los niños y a Kotoura en un círculo de vacío alejada de todos los demás alumnos incluso sin conocerles.
Durante todo esta historia, las escenas han ido pasando de colores vivos e intensos a grises cada vez más tristes. Sin darte cuenta, hasta el colorido pelo de Kotoura se va escondiendo en las sombras de su soledad y su tristeza. Las palabras y la forma de hablar del resto de personajes que intervienen van denotando cada vez más una actitud de desprecio y marginación hacia ella. Se podría ver toda esa parte sin audio y seguirías entendiendo y sintiendo el dolor que atraviesa Kotoura y la depresión en la que está a punto de hundirse. Es una estética sutil pero brillante y muy efectiva, en especial cuando se cambia el tercio.
Cuando Kotoura entra por primera vez en su nueva clase de secundaria, todo el mundo la mira con un más que claro recelo disimulado vagamente tras esa falsa apariencia típica de los adolescentes. Pero hay uno, un único chico, que está totalmente ausente y con la mente en su universo personal. Cuando Kotoura ve lo que está pensando, una escena totalmente random, y este la mira preguntándole que quién es, el mundo de Kotoura se rompe literalmente como un cristal que teñía de gris su vida y que ahora deja al fin ver toda la gama de colores de que dispone.
Todo esto ocurre en los primero 10 minutos. En 10 minutos tenemos una lección total de cómo contar una vida con todas las herramientas posibles.
A partir de ahí empieza el humor con algunos toques ligeros de drama de diferentes formas. Sin embargo, todavía queda una última carta que jugar por parte de los guionistas. Y a partir de aquí hago SPOILERS.
Todos alguna vez hemos deseado poder leer la mente de la gente para aprobar los exámenes, conquistar a alguien, echarse unas risas... Pero muy pocos se paran a pensar en los puntos negativos de ese poder.
En el inicio de la serie ya se ven algunos de esos problemas, pero lo peor viene cuando la persona con ese don se abre al mundo del que se había aislado.
Cuando Kotoura por fin había conseguido rehacer su vida, cuando por fin tenía amigos, cuando por fin era feliz, se encuentra un día paseando por la calle y lee fugazmente la mente de una persona que está recordando cómo mató a una niña hace poco en un callejón.
Obviamente, Kotoura se queda un poco traumatizada y más cuando salta la noticia de que hay un asesino en serie matando a niñas en callejones. Es una forma brutal de devolvernos a la realidad de lo que significaría tener un poder como ese.
A partir de ahí, la serie se torna en un thriller con toques de humor constantes pero sin demasiada relevancia. Pero tampoco le hace falta.
Este anime pasaría sin pena ni gloria por la programación televisiva de no ser por esos primeros 10 minutos y por ese twist plot a mitad de la serie.
No es ni mucho menos el mejor anime que vais a ver, pero no creo que os decepcione si le dais una oportunidad.
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