Relato: CDS - Besadas por el Fuego (uno)
by EagleFlyFree in
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3 by November by 2016
Una serie de relatos que hice para presentar mi cofradía (Besadas por el Fuego) en el juego Círculo de Sangre (ver post relacionado) Al final están las figuras que representan a las protagonistas
Capítulo I: Alexia y la fundación de la Cofradía
La luz del sol deslumbró a Alexia Pendragón. La sombra de los barrotes descendía por la cara de la joven elfa que se protegió la vista con la palma de la mano. Mientras el ascensor subía lentamente hacia su fatal destino, Alexia trató de poner en orden su memoria para recordar cómo había llegado hasta ahí.
En Lorlain todos conocen a los Pendragón, una familia noble de las más influyentes en esa encrucijada en la que está la ciudad ilenai. Según la tradición, el hijo mayor está destinado a heredar los títulos nobiliarios familiares. La segunda serviría para honrar a los dioses y entraría como sacerdotisa del templo para rápidamente ascender en la jerarquía eclesiástica. La tercera hija estaba destinada a contraer matrimonio concertado con otro noble, pero lo cierto es que Alexia, la pequeña, prefirió forjarse su propio destino.
Tras el anuncio de su compromiso con Asril Dyster, la joven y rica muchacha se fue de casa llevando tan sólo un pequeño macuto. Era consciente de haber defraudado profundamente a su familia, así que fue a donde sabía que no la buscarían, a las Islas de Cristal. Nada más desembarcar vio lo distintos que eran los Reinos Antiguos de los que provenía a donde se encontraba ahora. Los tallarian miraban con recelo a una recién llegada y su cabello anaranjado impedía a la chica pasar desapercibida.
Se empezó a ganar la vida trabajando como doncella, pero pronto comenzó a alquilar su espada al mejor postor. Ése fue su mayor error pues cuando se empezó a hacer un nombre en los suburbios le tendieron una trampa. Fue capturada, juzgada y condenada injustamente a una vida de esclavitud. En concreto, lucharía en la arena para divertimento del pueblo de Tallith.
El ascensor finalmente llegó a la planta principal. Ante Alexia se encontraba la arena del circo. Se enfrentaba a la que llamaban la Carnicera Carmesí y sabía que no tenía oportunidad alguna en un combate cuerpo a cuerpo contra ella. Ésta sería la última vez que la pequeña Pendragón saldría a la arena así que quería dar un buen espectáculo.
Se abrió el portón, en el extremo opuesto del estadio se abrió también el de su rival y ambas saltaron a la arena entre vítores de los múltiples asistentes, éste sería un combate que no olvidarían. Las luchadoras se dirigieron al centro y, sin quitarse la vista de encima, dieron varias vueltas. Ninguna quería dar el primer golpe. Alexia dio un paso al frente y alargó su espada cuya hoja sesgó el aire y casi hiere el desnudo abdomen de la Carnicera que esquivó por poco el filo del arma. Ahora era el momento de contraatacar, dio sendos golpes con sus hachas que a duras penas su rival bloqueó con el escudo. Por un instante, las defensas de la gladiadora quedaron al descubierto y Alexia lanzó un tajo descendente con su espada. Sin embargo, la Carnicera colocó sus armas en forma de cruz y detuvo el golpe, dejando la espada en la intersección de las dos hachas. Súbitamente abrió los brazos arrebatándole así la espada a Alexia que salió despedida varios metros.
Desarmada, la joven pelirroja corrió tratando de recuperar su espada, pero su rival defendió bien la posición, obligando a la pequeña de la familia Pendragón a huir hacia uno de de los bordes del circo a esperar el ataque contrario, algo que no tardó en llegar. La Carnicera Carmesí comenzó a correr. Los latidos de Alexia se aceleraron mientras ella veía la escena en cámara lenta. La cara de ira de la gladiadora cada vez estaba más cerca. El sudor recorría su cuerpo y unas pequeñas gotas salían despedidas de sus turgentes senos que se movían arriba y abajo. Sus ojos pardos y el ceño fruncido eran una muestra de su convicción pues no iba a fallar ese ataque. Cuando estaba tan cerca que casi podía sentir su aliento dio un salto, pero no descargó un golpe en ese momento con sus armas. Posó sus pies sobre el escudo de su compañera y se preparó para el impulso. Alexia usó todas sus fuerzas en levantar su escudo y, con él, a la gladiadora que dio un gran salto elevándose más de dos metros sobre el suelo.
Unas semanas antes, Alexia conoció a Teysa McMardigan, era una gladiadora y también procedía de Illeon como ella. Sin embargo, Teysa parecía disfrutar con su situación. Al instante congeniaron y se hicieron grandes amigas. No sólo su origen y el color del cabello, ambas tenían muchas más cosas en común. Una noche, Alex ideó un plan para dejar atrás la esclavitud y para lograrlo debía contar con la ayuda de su amiga que no lo dudó un momento. Así que se pusieron a ello.
Teysa aterrizó en el palco presidencial, lanzó su brazo izquierdo y de un hachazo decapitó al organizador de los juegos que, asomado al balcón, gritaba pidiendo auxilio. Matar a los amos le costó más trabajo, pero no eran en absoluto rivales para ella. La sangre salía a borbotones de los cuerpos mutilados y goteaba sobre la arena. Tenía bien ganado el apodo de Carnicera Carmesí aunque nunca le gustó.
Abajo, Alexia se deshizo con golpes rápidos y precisos de los guardias que intentaban en vano detenerla. Cuando su amiga le lanzó una tela, la elfa escaló por ella hasta el balcón. Se besaron y se fundieron en un abrazo, sin embargo no podían cantar victoria, aún tenían que escapar. Salieron del circo deshaciéndose de cuantos les impedían el paso y corrieron. Corrieron juntas, como jamás lo habían hecho. Corrieron hasta que llegaron al puerto. Allí vieron un barco a punto de zarpar.
-¿A dónde se dirige este navío?- preguntó Alexia. Una chica que descendía por una cuerda, respondió -Zarpamos rumbo a Gormalak.- -¿Vamos a Gormalak?- -Vamos- Respondió Alexia y, rodeando con el brazo a su amiga por los hombros, ambas subieron la pasarela apoyándose la una en la otra.
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