¿Está la tecnología arruinando el ocio?

Voy a dejar una reflexión que me vino hace semanas, en el concierto de Behemoth, pero que por unas cosas u otras al final no me he puesto a redactar hasta ahora. Y es el tema de los móviles en los conciertos.
Llevo yendo a bolos asiduamente desde que cumplí la mayoría de edad, aunque es verdad que estos últimos años he dejado de ir tantísimo, y ya apenas voy 3 o 4 veces al año a cosas bastante selectas. Y en el de Behemoth, flipé. Estando en SEGUNDA FILA, hubo canciones enteras en las que no pude ver nada porque todo el mundo estaba grabando cada segundo. Si quería ver más allá de escuchar los temazos que se iban desgranando sobre el escenario, tenía que ser a través de las pantallas de todos los que tenía delante o detrás, ya que no había ningún pudor en meterte la mano por la oreja y plantarte un móvil en la puta cara para grabarle el jeto a Nergal.
Voy a parecer una vieja, pero echo de menos los tiempos en los que ir a un concierto era a disfrutar de la banda, grabar si acaso un tema o sacar unas cuatro o cinco instantáneas para la posteridad, y no estar enfrascado en grabarlo todo y estar subiendo las fotos en directo a instagram (eso, como no me molesta, me da igual, que cada cual haga lo que quiera...libre albedrío hasta que interfieras con el mío, y el no dejarme ver a mi banda favorita, oye, eso es intrusismo libertario)
Hace unos meses hubo una polémica porque Corey Taylor, líder de Stone Sour y Slipknot le dio un manotazo al móvil de un chaval que estaba en 1º fila completamente abstraído, mandando un mensaje o lo que fuese, y yo no era capaz de hacerle comprender a la gente que cuando el público está enfrascado con los aparatitos, no sólo es una falta de respeto al artista sino a la gente que tiene alrededor, quizá no tanto en ese caso como en el que me encontré yo hace unas semanas, pero me lleva a la reflexión de...¿hasta que punto hemos dejado de vivir en el presente para un futuro próximo? Es decir, compartirlo en las redes sociales, ver los vídeos de nuevo en tu casa, fardar de las fotazas con los amigos que no pudieron ir, etc. No sólo aplicado a esto. Vas al campo, al teatro, al cine, al teatro, a un museo, a cualquier lugar que se pueda considerar de ocio, y juro que veo a más gente pendiente de hacerse selfies y twitear sobre lo maravilloso que es todo que de verdad disfrutar de la experiencia que tienes ante tus narices.
En fin.
Tenía que sacarme esto de dentro.
Volvamos a la vivencia en primera persona, la narración de los hechos será mucho más interesante si lo vivido tuvo el tiempo y las circunstancias como para tocarte el corazón. No pongas una pantalla entre una experiencia y tú. Campaña de concienciación anual de Marta Nygard.