Miyazaki returns

Después de que él mismo anunciara hace unos años su retirada definitiva de la dirección de películas, algunos no perdimos la esperanza de que un día se sacase de la manga una nueva obra maestra. Y no sé si será tal, pero lo que nadie puede discutir hoy es que el mayor genio de la animación japonesa volverá para regalarnos un último largometraje.
Así se refleja la idea de Miyazaki en una noticia que se ha extendido sin control por la red entre aplausos y lágrimas, y puede que algún desmayo.
Y no es para menos. Para los que no sepáis muy bien de lo que estamos hablando, Miyazaki es para el anime lo que Mozart para la música, Cervantes para la literatura o Da Vinci para la pintura. Estamos hablando de un director cuyo peor trabajo tiene más calidad que la que muchísimos mortales alcanzarán nunca. Un artista genuino que pone más que su vida en cada uno de sus proyectos. Y eso, en parte, es lo que le llevo en más de una ocasión a considerar su retirada antes de que la hiciera oficial.
En esta ocasión, Miyazaki transformará la idea de La oruga Boro, idea que surgió en la misma fecha en la que se empezó con La Princesa Mononoke. Y según dicen, y aquí que cada uno crea lo que quiera, utilizará más recursos digitales que nunca. Puede que así pierda parte de esa esencia artesanal que ha diferenciado tanto a Ghibli y a Miyazaki de otros estudios de animación, pero ya han demostrado que son capaces de compaginar ambos elementos para crear obras maestras atemporales.
Por desgracia, y como suele ser habitual, tendremos que esperar varios años para ver esta película. Hay quien dice que podría estrenarse en uno de los eventos previos a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, lo cual no me parece ninguna locura.
Sea como sea, incluso aunque resulte un fracaso, Miyazaki ya tiene grabado su nombre con letras de oro en el Olimpo de las artes.