Vamos a hablar de extraterrestres

Me apetecía volver a escribir algo pero nada vacío, así que se me ha ocurrido tratar uno de los temas más explotados en la ciencia ficción y la fantasía del último siglo. Porque aunque parezca increíble, la importancia que se le ha dado a los seres de otros planetas comienza en el s. XX a pesar de algunas posibles referencias de siglos atrás.
Esto se podría explicar de varias formas. No recuerdo quién dijo que una vez que habíamos explorado todo el mundo necesitabamos una nueva frontera, y por ello empezamos a mirar al cielo. Si a eso le añadimos la naciente fuerza de la aviación y los testimonios de pilotos que veían objetos voladores extraños o no identificados, la idea de que unos seres de otro mundo nos visitaban cada dos por tres empezó a hacerse muy real.
Pero siendo sinceros, casi todo lo que hemos creído saber de los alienígenas se ha basado en errores o mentiras. El primero reporte de un OVNI por parte de un piloto se describía como un boomerang que se desplazaba como una piedra plana o un platillo por el agua. Sin embargo, cuando el periodista publicó la noticia confundió movimiento con forma y desde ese momento, todos los avistamientos eran de naves con forma de platillos voladores, como si los extraterrestres hubieran tenido que cambiar todas sus naves para amoldarse a lo que dijo ese periodista.
Y puestos a nombrar grandes momentos del periodismo con los aliens, recordemos la bromita de Orson Welles que provocó un caos sin precedentes y nunca igualado cuando representó en la radio una adaptación de La Guerra de los Mundos.
Pero lo cierto es que toda esa imaginería de criaturas y civilizaciones de fuera de nuestra atmósfera atiende casi en exclusividad a un profundo e innato sentimiento antropocéntrico. Para empezar, tengamos en cuenta las dimensiones reales del universo: no se conocen. Existen teoría que exponen que es infinito, finito pero ilimitado, que está en constante expansión... Lo único cierto es que en nuestro rango de visión tenemos contabilizadas (dato de memoria) más de 500 millones de galaxias. Es decir, y basándonos en todas esas teorías e historias de alienígenas, en un universo de esas características existen incontables especies ridículamente superiores a nosotros genética y tecnológicamente hablando. Dichas especies no tienen nada mejor que hacer que cruzar galaxias enteras para venir a invadirnos, cuando seguramente haya millones de planetas mejores que este. Eso ya es tener un pensamiento muy egocéntrico, pero se puede mejorar si pensamos que lo único que intentan conquistar los aliens es Estados Unidos. De hecho, creo que casi se tranquilizarían si consiguieran alquilar un piso a buen precio en el centro de Nueva York. Y en realidad, el final es bastante irrelevante porque siempre, por lo que sea, acabamos ganando y echándolos.
Pero todavía va a más. Pensemos ahora en la representación de estos seres. No creo que me equivoque mucho si digo que el 98% de los extraterrestres son totalmente antropomórficos.
Por empezar por el más evidente, Superman es un ser nacido en Krypton, un planeta a tomar por culo de la Tierra, y tiene apariencia del que podría ser tu vecino, el que siempre que coincide contigo en el ascensor se pone a hablar del tiempo sin mirarte a la cara.
Y hasta los que parecen menos humanos siguen teniendo una estructura básica antropomorfa. Alien y Predator son dos criaturas con dos piernas, un tronco, dos brazos y una cabeza con una relativa proporción. ET mantiene el mismo esquema aunque parezca el Señor Topo de Los Simpson. El de Ultimatum a la Tierra es un hombre enlatado. Y de las historias de hombrecillos verdes y cabezones mejor ni hablo, ¿no?
Aunque también es justo señalar que algunos extraterrestres no solo tienen elementos humano, también tienen partes de otros seres como pulpos o reptiles. Pero no dejan de ser criaturas fácilmente reconocibles e identificables para nosotros.
En este último punto han ido mejorando la creación de nuevos monstruos alienígenas que, aunque siguen sin alejarse demasiado de la concepción humana de la realidad, sí que intentan proyectarla de una nueva forma, como en Cloverfield o en District 9.
Pero hasta ahora, lo único de lo que he hablado es de la concepción que tenemos de los extraterrestres. Si hablásemos del valor de las películas que se han hecho tendríamos una crítica totalmente distinta.
Por ejemplo, Alien, de Ridley Scott, tiene un extraterrestre bastante familiar, como ya he dicho. Sin embargo, la película me parece una completa joya del género de terror que hoy en día sigue teniendo fuerza de sobra para ponerte los pelos de punta durante mucho tiempo.
ET, con la de bromas que lleva encima ET, es una de las películas más bonitas que hay y que pueden disfrutar tanto niños como adultos.
District 9 y sus aliens gamba es para mí una completa reinvención del género. Cambia por completo todas las reglas establecidas hasta la fecha.
Sin embargo, no todas las películas con extraterrestres "verosímiles" son tan buenas.
Oblivion, que tiene una entidad extraterrestre que no se sabe muy bien lo que es pero que podría ser un programa informático o un espítiru, no me parece un película de una calidad ni remotamente parecida a Encuentros en la tercera fase, por ejemplo.
Y todo esto viene un poco a colación de la nueva película que acaban de estrenar o que van a estrenar en nada: Arrival. Según comentan, se trata de una obra maestra que revoluciona el género de una forma totalmente distinta a lo que hiciera District 9 en su día. Personalmente, yo me muestro un poco escéptico ante tantas críticas positivas así de primeras, pero también tengo que reconocer que el teaser me llamó muchísimo la atención. Sin duda, le daré una oportunidad en cuanto tenga un día libre para ir al cine entre las clases.
Pero, ¿y vosotros? ¿Qué opináis de los extraterrestres y de toda la ficción que se ha ido produciendo estas últimas décadas?