555

No os asustéis, el 555 queda muy lejos del 666, que tampoco tiene nada de malo. De hecho, si no tuviera esa significación seguramente sería considerado un número más bonito al ser más redondo, lo que el ser humano asocia con lo bueno.
Como fuere, el título de este blog es totalmente casual y aleatorio. Son los puntos que tengo antes de publicarlo y me apetecía darle ese toque de misterio para que ahora nadie sepa de lo qué va el blog. Aunque teniendo en cuenta cómo son mis blogs, es muy probable que mucha gente ya haya dejado de leer o que ni si quiera hayan entrado xD
En realidad no sé quién puede llegar a leer esto. A las tantas de la mañana de un domingo creo yo que vamos a estar despiertos los cuatro locos de siempre. Pero bueno, supongo que así será más interesante.
No sé muy bien cómo decirlo, pero últimamente me he estado replanteando por qué debería escribir, qué ideas debería seguir y un montón de cosas como esas. Todo era más fácil cuando mi plan de futuro era ser ingeniero y que lo único que tuviera que hacer fuera mi trabajo. Llevar el arte al día resulta mucho más complicado de lo que parece. Primero hay que definir qué es el arte (morirte de frío). Luego hay que buscar el equilibrio entre la constancia para publicar y la calidad de lo que haces. Y todo eso sin prostituirte para ganar dinero o lo que sea que te ofrezcan. O simplemente, hacer lo que haces sin renunciar a tus principios.
En mi caso, al menos la parte que más puede afectaros, no dejo de pensar en qué traeros y de qué manera para que os guste de verdad. Y no es por el reconocimiento. Para eso ya hay mucha gente. Es simplemente por el hecho de hacer feliz a alguien, ayudarle o sacarle una sonrisa en un mal momento.
Y por eso no publico nada muchas veces, porque no sé si de verdad tengo algo que realmente os pueda gustar. Empecé a traer las reviews de animes por traer algo diferente a la comunidad de Pampling, y me gusta. Me gusta poder practicar la escritura al mismo tiempo que comparto una forma de cultura muy poco habitual en este país. Y me gusta ver que alguna gente me lee y me hace caso y al cabo del tiempo me dicen "oye, vi esta serie me gustó muchísimo". A mí con esas cositas ya me pagáis todas las reviews que hago, de verdad.
Pero no quiero encasillarme y que los nuevos me identifiquen como el chico de los animes o que yo mismo me acabe viendo reducido a eso. Aunque seguramente sea una de las opciones más realistad para ganarse la vida escribiendo, creo que si me quedara solo con esto estaría renunciando a la creatividad y a la originalidad en mis palabras. Y si pierdo eso, me pierdo entero.
Por eso de vez en cuando os cuelo por aquí alguna reflexión como esta. Unas las trabajo más, otras llegan totalmente improvisadas... Pero al final son mis mierdas a mi estilo. Y no me desagrada porque hasta que me aclare la cabeza lo suficiente para abrir otro blog personal, esto es lo único que tengo para liberarme de vez en cuando. El problema está en que muchas veces no sé cómo hacer para que mis reflexiones os sirvan u os entretengan como las reviews. Y para seros sincero, tampoco sé si debo buscar siempre ese fin. Supongo que eso es parte del conflicto interno eterno que tengo dentro de mi cabeza. Algún día me resbalaré en la ducha, me abriré el cráneo en el grifo y la gente podrá ver en el hueco donde debería estar mi cerebro a un montón de muñequitos con formas y colores muy simples peleando en defensa de mil ideas distintas. Luego preguntáis que de dónde sale lo que escribo. Pues eso...
Total, que vivo en una duda constante entre lo que sé hacer, lo que puedo hacer, lo que debo hacer, lo que quiero hacer, lo que la gente quiere que haga... ¿Y todo para qué? Para crear de manera inconsciente un estilo propio que alguien me descubra un día, aunque solo sea una copia de otra gente. O para cambiarle la vida a una persona al borde de la depresión simplemente haciéndole ver que esta repugnante existencia tiene algo más que mostrar aparte de muerte y miseria. O para convertirte en una estrella y que se vendan más ejemplares de tus libros que de la Biblia y hacerte de oro. O para que una persona, en uno de tus momentos de duda, te diga que es un gustazo leerte.
Los que me conocen bien, que no es mucha gente, saben que no escribo ni por dinero ni por fama ni por nada de eso. Escribo por la sensación que me invade cuando pongo el punto final a algo que empieza a llenarme de emociones incluso antes de acabar. Escribo por la alegría en el rostro de la gente a la que le dedico algo como muestra más sincera y casi única de afecto. Escribo para que alguien a quien no conozco de nada me siga en Twitter y me diga que lo que he escrito le ha llegado al alma.
Y si pensáis que eso es el único pago que necesito estáis muy equivocados (acepto tarjeta y efectivo). No es solo un pago. Es un recordatorio de por qué escribo incluso cuando lo he olvidado por completo. Gracias.