Reflexión sobre el cine y el frikismo
by Un Juntaletras más in
Personal
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18 by December by 2016
Hace ya un tiempecito que se comentó en la comunidad que estaba preparado un ciclo de anime en algunos cines de España. De todas las películas que tenían en cartelera no puedo valorar tantas como quisiera, bien porque no las he visto, bien porque no las pude ver en condiciones en su momento.
Además, no hubiera podido ir a verlas ya que yo termino las clases a las 20:30 y las únicas sesiones empiezan a las 20:00, y no era plan de saltarme cada semana la misma clase. Sin embargo, sí que tenía decidido ir a ver Wolf Children, de la que ya hablé en su momento y que vuelvo a recomendar a todo el mundo, os guste o no el anime.
Y lo cierto es que la noche dio para una interesante anécdota. Tras los 10 minutos de trailers y anuncios de rigor, tiempo en el que se debería estar proyectando la película, empezó la película. Pero empezó con una calidad que sería 480 como mucho. Y no solo eso, sino que no apagaron las luces secundarias de la sala. Y por si fuera poco, la imagen se iba a negro cada dos por tres mientras el audio seguía corriendo. Al poco tiempo cortaron la proyección y encendieron las luces para pedirnos perdón por las molestias pero que tenían un ligero problema con la máquina. Se solucionó y se empezó de nuevo y, al terminar, se puso el menú del blu-ray que habían usado para la proyección. En fin, cines.
Pero no quiero hablar de la película en cuestión. Como ya he dicho, le dediqué un blog entero en su momento y os remito a él si queréis saber más. De lo que quiero hablar es de la experiencia en el cine.
En primer lugar, y creo que ya lo he dicho alguna vez, aplaudo la decisión de la cadena de cines de programar este ciclo de anime en VOSE. Por regla general, las únicas películas de animación que se proyectan en España, o al menos en los grandes cines, son las occidentales. Nunca van a faltar en las carteleras Disney, Pixar, Dreamworks... Pero el anime también saca grandes películas cada año, películas que a veces solo llegan a España gracias a los fansub.
Por otro lado, hacía tiempo que no iba al cine. La verdad es que no tengo mucho tiempo libre y cuando lo tengo no ayudan los precios. El caso es que he recordado otro de los motivos por los que odio a la raza humana. De verdad que yo intento comprender todas y cada una de las decisiones del ser humano, pero no me entra en la cabeza esa necesidad imperiosa de comer en el cine. De primeras te estás distrayendo a ti mismo, pero es que además molestas a más gente. Os prometo que se me juntaron en un momento por lo menos 5 olores distintos a cada cual más fuerte que los otros. Y no hablo ya del ruido...
Imaginaos una escena de la película en la que la banda y los efectos sonoros están en un in crescendo constante con una secuencia de aumento de tensión con una narrativa visual que te hace sentir la incertidumbre y el miedo del personaje al que sigue la cámara. Y de repente, todo el sonido se corta y la imagen se para en seco dando un plano demoledor para el personaje y para ti como espectador integrado en la historia. Un momento como ese, en el que cada centímetro de piel debería erizarse, se ve interrumpido por alguien masticando palomitas como si llevara un mes sin comer. Os promero que no me levante a hacer que se tragara todas las palomitas de golpe porque iba con alguien más que no me iba a dejar pasar, pero no me faltó instinto asesino. Y luego, en otro momento que debía ser de calma, alguien en otro lado apurando el vaso de refresco cuando no había nada. ¿No ves que no hay más que succionar? ¡Para ya!
En defensa de los que os podáis sentir identificados con esas posibles víctimas y os ofendáis de algún modo, he de decir que yo me irrito especialmente con esa clase de ruidos. Aun así, si hubiera podido hacer la escena final de Malditos Bastardos, habría disfrutado muchísimo.
Pero hubo algo que me llamó la atención. Normalmente, cuando voy al cine es habitual que todos esos ruiditos duren casi toda la película. Y si no he salido en las noticias ya es que Dios os está cuidando demasio bien. Pero en esta ocasión, la gente précticamente dejó de comer a la media hora de empezar. Y no creo que fuera casualidad. Creo que es el signo más evidente y revelador de la calidad de la película y de su capacidad para atrapar al espectador. Y había gente que no había visto anime en su vida, como la chica con la que fui; todos guardaron un silencio casi sepulcral cuando se dio el giro en la historia y hasta el final de la misma.
Y hablando con mi amiga al salir, me dí cuenta de otra cosa. Me dijo que se esperaba algo más friki, no algo tan humano. Y lo cierto es que no lo había pensado antes, pero tiene razón. La gente tiene a ver la animación como algo infantil, pero solo la animación occidental. Al anime se le considera más algo friki en un sentido negativo. Aunque en el fondo no me preocupa porque la gente que dice esa clase de cosas es gente que nunca se ha parado a ver una buena serie o una buena peli. Y me vale lo mismo para todas las frikerías clásicas. Si en el anime tenemos Death Note, por ejemplo, con unas enormes reflexiones morales sobre temas como la justicia, o Wolf Children, que es en sí misma un canto de amor a las madres, en el lado más convencional tenemos Star Wars, que tiene elementos de Shakespeare, de la tragedia griega, de las idus de marzo... Por no hablar de la complejidad de su universo que muchos tratan de resumir en "es ciencia ficción" cuando ni si quiera es eso: es fantasía.
Pero supongo que es una cruz con la que merece la pena cargar. Más cuando aprendes a no cargar con ella y a dejarla en el suelo para que la sigan mirando mientras continúas tu camino.
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