La princesa prometida

Hace un momento estaba viendo tan tranquilo La princesa prometida y me he dicho "coño, si ni si quiera la he mencionado en Pampling". Y eso no puede ser, así que aquí tenéis un pequeño comentario. Es una película de hace 30 años, no debería hacer falta avisar de SPOILERS pero por si acaso...
En primer lugar, puede que muchos no hayan visto esta película y tengan dudas sobre si ver una película cómica de princesas. Pues sí, esta joyita tiene un visionado obligatorio para todo el mundo antes de estirar la pata. No solo es un cuento de héroe apuesto rescata a bella princesa, también tiene una historia de venganza que ya quisiera cualquier superhéroe. Por no hablar de un humor que se sigue manteniendo muy fresco, y es que la película no ha envejecido prácticamente nada.
Y no ha envejecido porque se palpa en cada escena el profundo amor al arte en general con el que se rodó.
El primer duelo de espadas tiene una coreografía sencillamente espectacular y que no tiene nada que envidiar a las grandes peleas de Star Wars, salvando las distancias del matiz cómico presente en todo momento aquí con frases y chistes con más ingenio que muchas de las "comedias inteligentes" que se producen hoy en día. Y con todo, no deja de ser un hermoso baile.
También el espíritu artesanal de la cinta que se ve en cada atrezzo y mecanismo que acompaña a la acción. Hay un momento justo antes del primer duelo en el que los personajes pisan sobre lo que es evidente que es decorado, pero lejos de sacarte de la película te inspira la misma sensación de nostalgia que la Gotham de Tim Burton con todos esos edificios de maquetas.
Y es obvio el canto de amor a la literatura. Es muy bonito ver cómo ese niño empieza despreciando el libro y acaba pidiéndole a su abuelo que se lo vuelva a leer al día siguiente.
Y me gustaría hablar de la historia, pero es que es mucho más sencilla de lo que pueda parecer. Su grandeza reside en sus momentos. Toda la película, desde el inicio, está plagada de momentos y frases que hacen de ella una aventura única.
La forma de expresar el amor a través de esa frase de rendición absoluta como una sumisión de amor, el duelo en el que ambos se cambian la espada de mano al mismo que tiempo que va creciendo el combate, la batalla de ingenios, unas siglas para nombrar a las criaturas del pantano de fuego, la resurrección de Westley en la casa de Milagroso Max, "Hola, soy Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir."...
Y dentro de todo eso se aliñan valores como la justicia, la caballerosidad, la lealtad y el honor para ajustarse a unos arquetipos clásicos y romper otros con enorme maestría.
Seguramente no sea la mejor película de la historia, pero tampoco lo necesita para ser un icono clásico del cine con un reconocimiento más que merecido.