La realidad virtual puede producir alucinaciones

Según un grupo de investigadores de la compañía Microsoft, es una posibilidad real, pero todavía habrá que esperar unos diez años, cuando el desarrollo de la tecnología esté más madura. Los expertos del gigante norteamericano apuntan a que la experiencia multisensorial –incluido el tacto– con un dispositivo de realidad virtual será entonces indistinguible de tomar, por ejemplo, LSD.

De todos modos, es solo un pronóstico, ya que nada apunta hoy a que la RV en sus aplicaciones convencionales, como los videojuegos, pueda causar alucinaciones. Varios estudios indican que los propensos a sufrirlas pueden recibir los estímulos necesarios para desencadenar un episodio después de una sesión de realidad virtual –y, de hecho, se ha utilizado como terapia para tratar trastornos mentales como la esquizofrenia–, pero para gente sana no acarrea un riesgo mucho mayor que el que tendrían jugando a Mario Bros en la televisión.

Tal vez, lo más cerca que se ha estado hasta ahora de recrear un “viaje” lisérgico es la aplicación Soundself, que, de acuerdo con sus creadores, depara una vivencia “tecnodélica”. Patrones de luces, sombras y sonidos cambian cuando el usuario habla o emite cualquier ruido –susurros, silbidos, carraspeos…– y, dicen quienes lo han probado, tiene unos efectos similares a los de la meditación o el trance. Soundself está aún en fase beta y sus desarrolladores confían en lanzarlo comercialmente este año para las gafas HTC Vive y Oculus Rift, de Facebook.