Mi Vecino Totoro

Aunque la primera película de Miyazaki fue una de Lupin III y su primera producción bajo el nombre oficial de Studio Ghibli fue El castillo en el cielo, el reconocimiento internacional empezó a llegarle tanto a él como al estudio a raíz de Mi Vecino Totoro. Sin embargo, ¿está esa película al nivel de las grandes obras maestras de Ghibli? En mi humilde opinión, no. Ni se acerca al techo de calidad que han demostrado esos genios del anime. Por otro lado, eso no le quita el valor que tiene.
Evidentemente, Mi Vecino Totoro ha sido superado con el tiempo en técnica e intención por varias obras de la magnitud de La Princesa Mononoke, El viaje de Chihiro, El castillo ambulante o Porco Rosso. Incluso cuando vio la luz ya se enfrentó a una película notablemente superior pero que quedó eclipsada, en parte por su oscuridad: La tumba de las luciérnagas. Pero nada de eso puede borrar que Mi Vecino Totoro marcó un punto de inflexión en el estudio y en la animación en general ya que es una de las piezas de anime más populares e icónicas que existen. Entonces, ¿es tan mala como para quedarse solo en un buen recuerdo de la infancia? Tampoco es eso. De hecho, parte del milagro que es en sí esta película reside en que se encuentra en perfecto equilibrio en todos sus aspectos.
Mirando a lo esencial, hay una narración clara y sencilla, que no simple, en la que se nos cuenta la historia de unas niñas, desde su punto de vista, que van descubriendo todo un mundo nuevo cuando se mudan a un pueblo con su padre a la espera de que la madre salga del hospital. Y mientras vamos recorriendo el día a día de estas niñas, repleto de pequeños detalles cotidianos que hacen todavía más natural la historia, nos introduce como si nada en un mundo de fantasía donde todo es posible dentro del arco de la pureza que solo es posible hallar en la mente de un niño. Y todo está contado con un ritmo perfecto, proponiendo unas bases sencillas en cuestión de minutos para conocer tanto la historia como a los personajes y manejando el metrónomo con un gusto exquisito en cada escena.
Y hablando de anime, y más si es Studio Ghibli, es imposible no mencionar el diseño, la paleta de colores y la animación. En esta película, como buen ejemplo de marca autorial del estudio, podemos ver que todos los fondos están hechos a mano y mimando todos los detalles, lo cual provoca en más de una ocasión que estemos ante cuadros más que ante escenas de cine. Es fácil parar la película en cualquier momento y quedarse embobado admirando el plano al azar. Y en lo que a diseño de personajes se refiere, Ghibli ha evolucionado sobre su propia línea característica, pero es evidente que en esta película todavía está muy presente la influencia de la época y la falta de desarrollo. También se debe al escaso personal que trabajaba en aquel entonces para el estudio, que además tenía entre manos la producción de La tumba de las luciérnagas al mismo tiempo. Aunque sí me parece totalmente destacable el diseño bobalicón y achuchable de Totoro, que más allá de ser la mascota de Studio Ghibli se ha convertido en todo un icono mundial.
Otro punto importante de cualquier película es la dirección, y aquí es indiscutible la mano de un Miyazaki que ya había acumulado bastante experiencia como para dejar un sello. Es realmente increíble cómo pasa de una escena como la de la lluvia en la parada de autobús, que es un diálogo en silencio y en la que parece que el tiempo se detiene ante la magia, a otra como la de (SPOILER) la desaparición de Mei (FIN DE SPOILER), que te encoge el corazón haciéndote temer lo peor por un instante. Pero creo que lo revela verdaderamente al genio aquí es lo pausada que es la película sin que llegue a aburrir en ningún momento. Cada vez que a este señor le da la gana, tumba el reloj de arena y deja que pase lo que tenga que pasar, sin forzar nada.
De manera que, ¿cómo de buena es realmente Mi Vecino Totoro? Es muy buena. Es un hipnótico cuento de fantasía tan irreal como natural que te transporta a otro mundo.
-Pero dijiste que no era tan buena porque bla bla bla...
No. Simplemente no está al nivel top de Ghibli porque Ghibli tiene a su nombre putas obras maestras lejos de cualquier discusión. Esta película es muy buena, pero las otras juegan en una liga superior.