Kimi no Na wa
by Un Juntaletras más in
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26 by June by 2017
Makoto Shinkai nunca ha sido uno de mis directores favoritos. Ni si quiera dentro del mundo de la animación. Siempre lo he visto como un director con mucho potencial que no terminaba de explotar. Ya con El jardín de las plabras, su película previa, se veían destellos de brillantez que auguraban un futuro más que prometedor, pero le faltaba algo.
Kimi no Na wa llegaba como el intento o la promesa de ver por fin a Shinkai dando un puñetazo en la mesa. Y no os voy a mentir: tenía serias dudas por todo ese hype que se había montado alrededor de esta película. No solo rompió el récord de taquilla de El viaje de Chihiro sino que en algunos sitio decían que era mejor película. Y no es que desconfíe, pero Chihiro no es una de esas obras que se superan fácilmente. Además, Shinkai ya llevaba un tiempo siendo comparada con Miyazaki y recibiendo su nombre como sucesor. Y cuando se le otorga ese título a alguien como Shinkai en lugar de a alguien como Hosoda, que se parece mucho más a Miyazaki, no es difícil deducir qué pasa. Pero ese es otro tema de discusión.
Como decía, Kimi no Na wa llegaba cargada de responsabilidad y con el respaldo del público y la crítica, lo cual tampoco es siempre un dato fiable (por ejemplo, Gangs of New York no se llevó ni un solo Óscar y Avatar, sí). Pero tenía esperanzas en esta película y procuré evitarla lo máximo posible para no destrozármela con algún spoiler estúpido. No vi trailers, no escuché el tema principal de la banda sonora y no había leído ni la sinopsis. Sabía que la historia trataba de dos chicos que se intercambiaban los cuerpos pero nada más. Y este fin de semana pasado, gracias a la apuesta de Cinesur por estos ciclos de anime, al fin pude verla.
Y aquí es donde debería empezar a hablar de la película y destriparla para analizarla al máximo, pero no. No voy a hablar casi nada de la historia, lo siento. Pero no porque no quiera, es que no puedo.
Mi principal problema con Shinkai ha sido siempre que sus historias no hacían justicia al resto de la película. En algunos casos eran historias simplemente correctas que crecían gracias a la animación y a detalles en la dirección, pero también ha trabajado con historias desperdiciadas que podían haber tomado otro camino que las llevase a un techo inimaginable, como 5 centímetros por segundo. Pero la historia de Kimi no Na wa se basta y se sobra para cargarse a sus espaldas todo el peso de la producción.
De verdad, es muchísimo mejor de lo que podéis imaginar solo viendo el tráiler. Me muero por hablar de ella pero creo que, si no habéis visto todavía esta joya, os debéis el verla sin más información para que haga con vosotros lo que quiera.
En el apartado técnico, creo que esta película está mucho más equilibrada y suavidaza que el resto de sus películas, pero vuela a una altura muy por encima del resto de su filmografía gracias a su regularidad y su adecuación a la trama en todo momento. El preciosismo de El jardín de las palabras sigue presente pero mucho más rebajado. Presta una atención al detalle monumental pero no lo convierte en el centro de la escena. También tengo que decir que introduce en varias ocasiones elementos de CGI y, si bien es cierto que normalmente quedan muy bien, hay una escena a una media hora del final con una rotación sobre un paisaje 3D con una inserción de un personaje en 2D que chirría un poco, pero cuando el fallo que se le saca a la animación de esta película es ese, ni tiene fallos ni mierdas.
Y en cuanto a la dirección, casi parece otra persona totalmente distinta de la que hizo El jardín de las palabras. No puedo decir en qué es en lo que más destaca porque incurriría en spoiler, pero si habéis visto la película os habréis dado cuenta de que todo lo que envuelve los cambios entre los personajes de principio a fin está llevado con una maestría excepcional. Sigue teniendo sus cositas que no me gustas, además de la obsesión por los trenes, pero creo que su salto de calidad es indiscutible.
Al final, no es tan buen como El viaje de Chihiro, pero me ha tocado tragarme todas mis dudas. Es una enorme película, de una belleza increíble y con un guion sensacionalmente bien escrito. Por desgracia, solo pude ver esta obra de arte en el cine una vez. Pendiente queda un segundo, tercer, cuarto... Quedan muchos visionados. De hecho, no me extrañaría nada que acabara formando parte de mi colección física personal.