Murcia de mis amores

¡Muy buenas! Comenzamos la aventura vacacional, empezando por mi pueblo, uno de Murcia, que pilla a mitad de camino entre Murcia capital y Cartagena. He de decir que el viaje se me hizo larguísimo, pero la estancia allí mereció la pierna.

No os puedo contar mucho detalle las cosas que hice, porque fueron taaaaantas, que qué maravilla.

Estuve en Murcia más de dos semanas. En esas, lo que más hice fue visitar a familiares, todo primo y tío cercano mío vive allí.
Mis abuelos (que en paz descansen), mis padres y mis hermanos (menos uno que es sevillano) nacieron en Murcia. Y yo en Madrid, la oveja negra, pero como podéis comprobar, tengo más sangre murciana que otra cosa jejeje.

A la que más visitamos fue a mi tita Mari Carmen y a su marido Nono, con sus hijos y sus respectivas cenas dignas de navidad pero en versión veraniega y charleta metiéndose con mi acento madrileño tratando de metamorfosear a un murciano cutre :D.

Con su hija, que también se llama Mari Carmen, también pasamos muchas tardes, de risas, con cervecita (yo Nestea) en mano y en su piscina que es a la vez jacuzzi. Increíble. El día que más me gustó fue una fiesta ibicenca que se marcó en su jardín, porque puede. Solo he de decir que mi propio hermano mayor recalcó lo guapa que iba, y es mi hermano jajajaja.

También vimos mi prima Victorina, que vive en el mismo pueblo que yo, pero igualmente hay que ir en coche (la pobre está muy pachucha, pero está hecha un toro y aguanta lo que le echen la tía).

Otro día nos dio el venazo de salir (un agosto en Murcia, pensadlo) a hacer turismo por el centro, más o menos a la hora de comer. Gracias a Dios, vimos a mi tito Jose, que había apadrinado a un niño sahariano, que no me acuerdo cómo se llamaba pero era un chaval muy tiernín ^.^ y con ellos nos tomamos un rico sorbete de almendras y comprar unos riquísimos pasteles de carne (delicias de los dioses).

Un día que disfruté muchísimo fue porque fuimos a Caravaca de la Cruz, que este año hay jubileo allí, fuimos a misa y la verdad es que las palabras del señor cura me llegaron a la patata.

No podía faltar, estando en Murcia (porque en Madrid, vaya, vaya, aquí no hay...) ¡el ir a la playa! A la que más fuimos es una que se llama la Llana, que es mar Mediterráneo. Esta playa tiene de especial que tiene a escasos metros unas salinas y una reserva natural, y es todo un espectáculo pasar por ahí al atardecer y ver los flamencos con la cabeza dentro del agua. Más monos...
Al ser reserva natural, las playas son salvajes, lo que hace que disfrutes muchísimo de la naturaleza en todo su esplendor. Fuimos por la tarde-noche, y la luna tuvo el honor de saludarnos completamente llena e iluminando todo el agua (foto). Increíble el baño, con la luz de la luna y viendo a la perfección las estrellas y constelaciones, especialmente mi favorita, Cassiopeia.

Pero no solo fuimos a esa playa, pasamos también por la Manga ver a mi tito Juanpe y familia. Tenemos dos tradiciones con ellos. La primera que hicimos fue nuestro mítico paseo hasta Cabo de Palos, merendar allí y pasear por distintas calas que nos encontrábamos a la vuelta por otra ruta (la foto del atardecer es de ese paseo ;P).
Y la otra tradición, es juntarnos su familia, la mía, con la del primo Juanito a cenar una enorme fritura de pescado y marisco. A veces nos hemos ido casi al final de la Manga, pero esta vez cenamos casi enfrente del hotel Entremares (en el km 1).

La única pena del viaje es que no pude pasar mucho tiempo con mis amigos del pueblo. Me jorobó bastante que estuvieran peleados entre ellos (por chorradas de pueblos) y encima tener que dividirme para verlos a todos, pero bueno, esta semana viene mi mejor amigo a pasar un par de días en Madrid, así que esto felis :)

Tampoco se me olvidó pasarme por los mercadillos, porque me encanta absolutamente las cosas que compro ahí. Con deciros que hace milenios que no me cojo unos zapatos en Madrid, os lo digo todo jajaja.

En fin, seguro se me olvidan muchísimas cosas que comentaros, pero más de 15 dias en un post no sé cómo resumirlo de mejor manera jajajaja, como por ejemplo mi intento de coger higos chumbos y encontrarme pinchitos en sitios insospechados, o el ataque de una cucaracha en el baño de mi casa nada más lavarme los dientes y salirme por el desagüe...

Y me volví en autobús para después pasar una semana en León con la familia del parejo. Pero eso ya os lo dejo para mañana.

¡Un abrazo enormus!