CUIDANDO EL AHORA, TRANSFORMAMOS EL FUTURO
by Koke007 in
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16 by November by 2017
Un día cualquiera de diciembre, como podría ser cualquier otro día del año en cualquier otro sitio, un camión transporta a miles de víctimas hacinadas de un centro de explotación al matadero. Sus cuerpos ya han sido explotados y ya no son rentables en vida, ahora sólo les espera morir y que sus restos se conviertan en mercancía. Pero esta vez ese camión no llegará a su destino. El camión vuelca y, entre el dolor y miedo, algunas de esas víctimas llegarán a poder tener la oportunidad de salvarse y vivir lejos de la opresión.
Tal día de diciembre, hace tres años, ese camión con miles de gallinas volcaba en la provincia de León. Activistas de León Vegano Animal Sanctuary, (un santuario animal cercano al lugar del accidente) lograban desplazarse y rescatar a 314 gallinas; proporcionándoles atención veterinaria, teniendo algunas que ser intervenidas quirúrgicamente y recibir atenciones especiales. Una vez que estuvieron estable se pudo organizar y coordinar sus traslados a diferentes refugios. Pronto el miedo acabaría, pronto dejarían de ser consideradas mercancías para ser consideradas alguien y no algo.
“La mayoría de las gallinas estaban dentro de jaulas, destrozadas por el accidente. Hemos tratado de sacar de allí a todas las que vimos. Pudimos desencajar alguna que parecía que no iba a salir. Otras muchas no las pudimos coger. Es muy doloroso verlas atrapadas, que te miren a los ojos, intentar llevártelas y tener que dejarlas porque era imposible sacarlas. Realmente hemos hecho todo lo que hemos podido.”
Estas gallinas ya no son un simple número, ahora tienen un nombre, sus derechos son reconocidos y sus intereses son tenidos en cuenta en un espacio creado para ello. Ya fueron atendidas sus heridas, su miedo y su dolor. Las que pudieron sobrevivir a una vida de explotación y a un accidente viven actualmente refugiadas en diferentes espacios antiespecistas del estado español. Aunque la explotación les dejara secuelas físicas para toda su vida, todas disfrutarían por primera vez de la luz del sol.
Un santuario animal es un refugio antiespecista, un espacio basado en la igualdad y el respeto hacia el resto de especies. Un lugar donde los animales no humanos habitan en él durante el resto de sus vidas, recibiendo todos los cuidados y necesidades. Un lugar donde su felicidad y su bienestar son lo primero. Estos espacios no les proporciona la plena libertad que les ha sido arrebatada a las víctimas del especismo, pero es la única oportunidad de poder vivir sus propias vidas sin ser explotados, torturadas, encarcelados ni asesinadas.
Cada animal refugiado, es representante de ese mundo por el que luchamos donde la equidad, la empatía y los cuidados son los pilares que los mantienen. Detrás de cada uno de ellos hay una historia de explotación, abandono o tortura. En estos refugios se trabaja en su recuperación física y psicológica; aunque en muchas ocasiones sus cuerpos llevan grabada la explotación de por vida, secuelas de la grave situación en la que vivían o de la manipulación genética que haya sufrido su especie.
Mientras intentamos conseguir respeto y libertad para las víctimas del especismo, podemos actuar ahora, como las 314 gallinas, hay fuera ahí muchos animales no humanos a los que podemos prestar ayuda. Trabajar en el ahora, es trabajar en el futuro. Cada vida importa, porque cada vida merece ser luchada. Porque sus historias serán ejemplo de superación, por eso, necesitamos los refugios antiespecistas.
En estos lugares, las víctimas dejan de ser simples estadísticas, dejan de ser seres anónimos, se convierten de verdad y en la práctica en personas: porque aquí no solo se cubren sus necesidades vitales, se hace todo lo posible por atender todos los intereses de cada especie y cada individuo de forma responsable y personalizada. Llegan con una historia, tienen un nombre y desarrollan su verdadera personalidad en libertad.
Los santuarios-refugios son la única oportunidad que tienen a día de hoy los animales considerados de granja de poder vivir de forma digna y segura. Muchos de estos espacios también acogen víctimas de la experimentación o la caza, se crean en un entorno adaptado para ello y con las atenciones tanto a nivel psicológico como médico. Exactamente de la misma forma que nos gustaría a todas las humanas que lográramos salir de la situación en la que ellos se encuentran.
Para que esto pueda hacerse realidad es importante participar y apoyar a los santuarios de animales. Es una responsabilidad de todas. Porque todas merecemos vivir. Porque todos merecemos que luchen por nuestras vidas.
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