Reflexiones ovejunas

Cada día paseo a mi hijita perruna unas 2 horas. Por lo general, si salgo fuera del pueblo a pasear, puedo pensar en muchas cosas. En los proyectos que tengo pendientes. En el trabajo. En los estudios. En la vida. En los amigos. En la familia.

Pero hoy, cuando ya llevaba 2/3 del paseo, he visto un montón de ovejas. Casi cada día paso cerca de campos y veo pastar a las ovejas. Pero hoy concretamente me ha hecho gracia ver la distinción clara entre las ovejas jóvenes y las adultas. Las adultas no paraban de pastar y pastar, como si no hubiera un mañana. Sin descanso. Sin disfrutar de la vida. En cambio, las ovejas jóvenes estaban todas juntas disfrutando de la vida. Ninguna estaba comiendo. Estaban reunidas en un montículo, algunas descansando y otras jugando con las demás.

Ello me ha hecho reflexionar sobre nuestras vidas como humanos. De jóvenes tenemos muchísimo tiempo para disfrutar de los amigos y de la familia. Tiempo para jugar. Tiempo para descansar. Tiempo para leer. Vamos, tiempo para cualquier cosa. Pero de adultos no paramos de trabajar y trabajar, sin descanso. "Pastando" día a día, sin parar. Siempre tenemos nuestros descansos diarios y de fin de semana. Pero en estos descansos no solemos querer "disfrutar" de la vida, sino estar en casa y descansar, pues luego nos espera trabajar más y más... es decir, sin descanso.

Lo que deberíamos hacer es tener más tiempo para reflexionar. Más tiempo para disfrutar de la familia y la amistad. Ir de excursión o una simple torrada en un día normal y corriente. Pero, obviamente, muchos no podemos, ya que el trabajo siempre está empujándonos a la vida cotidiana, al trabajo sin descanso.

Así pues, seamos más como las ovejas jóvenes, disfrutando de la vida, y no como las ovejas adultas, que su única misión es pastar y pastar para luego tener algo de descanso.