Mercadillo de Binissalem

Desde muy pequeño que voy a mercadillos a comprar cositas que me gustan para mí. Pero ya de más mayor, empecé a ir a mercadillos para comprar material interesante para coleccionar o incluso para luego vender.

Hoy he querido probar, junto a mi hermana y su pareja, ir a vender a un mercadillo. Así que ayer me puse a montar unas cuantas bolsas llenas de libros, juguetes y otras cosas para vender.

Resumen: decepción de mercadillo. En Binissalem, que es donde hemos ido, por estar en la misma localidad y muy cerca de casa (por si necesitábamos algo), ha pasado muy poca gente.

De todo lo que llevábamos, que serían unos mil € de material, más o menos, tan sólo hemos vendido un ukelele por 20 € y, a lo último, cuando ya estábamos recogiendo, unos niños me han comprado 2 figuras de Pokémon cuando estábamos recogiendo por unos 10 €.

Lo curioso fue el ukelele, que desde el principio la gente preguntaba y preguntaba. Un niño se encaprichó del instrumento, pero su padre no le quería dar el dinero. Estuvo viniendo hasta a lo último, a ver si había esperanzas de que el precio lo hubiéramos bajado. Pero no. Al final, una interesada, que nos intentó rebajar el precio a 15 €, al final se lo llevó por 20 €, pues sabía que al final no íbamos a rebajar el artículo. Pero es que es normal, pues ese aparatito realmente costaba entre 80-100 € nuevo. Haberlo vendido por menos de 20 € hubiera sido absurdo.

Bueno, la experiencia ha sido curiosa. Pero ya sé lo que debo llevar la próxima vez: bisutería de alta calidad, ya que pasan muchas ancianas y quizás sería algo interesante para que saliera rápidamente.