Locuras otoñales

Aún no ha llegado el invierno. Estamos próximos a ello, pero aún no.

Ayer, después de sopesarlo con un amigo, nos fuimos a la playa. Sí, a la playa en mitad de diciembre.

Cuando llegamos a la calita elegida, sólo había un grupo de rodaje de películas o series que ya se estaba yendo. Pudimos aparcar sin problemas, aunque un poco más lejos de donde quería realmente, pero ningún problema.

Nos fuimos al mar y estaba totalmente desierto. Llevamos toalla y bañador. Nos cambiamos y al agua. El inicio fue algo helado, pero al final podíamos aguantar sin problemas con la mitad del cuerpo metido en el agua semi-helada. No estaba tan mal. El problema fue cuando nos metimos de cuerpo completo. Fue entrar y salir. Hay límites si uno no esta acostumbrado.

Eso sí, cuando salí del mar estaba como si me hubiera pegado una ducha caliente. Tenía el cuerpo relajado y, aunque había ido estando ligeramente resfriado, ya no lo estaba. Al parecer, un poco de agua fría alivia los males ^^.

Luego, aprovechamos y fuimos a buscar setas por la zona, ya que elegimos una calita próxima a la montaña. Y sí, tuvimos suerte y pillamos bastantes piconells pelus (Hydnum Albidum) y oreja de liebre (Helvella Crispa).

Ah! Y luego nos fuimos a tomar un helado. Es decir, hicimos exactamente lo mismo que hubiéramos hecho en verano, pero añadiendo la opción de búsqueda de setas. Si es que se puede hacer de todo ^^.