No, no somos adolestreinta

No, no somos adolestreinta, somos una generación a la que nos ha tocado la mala suerte.

La era de nuestros padres era sencilla y triste a la vez, el 80% de las personas de nuestra edad ya estaban casados y con un hijo como mínimo a la espalda. Para ellos, el paso lógico era ascender un poco en la empresa y dejar que las mujeres se quedaran en casa cuidando de los hijos y de la casa. ¿La vivienda? Un lujo, pero no más que un coche (una casa en la flamante nueva Urbanización-cerca-de-Madrid-Parque de Lisboa costaba alrededor de 8.000 euros).

Luego vino la época dorada, la de esos jóvenes que ahora han pasado ya hace unos años los 30 años y que vivieron un boom, coche nuevo, casa cara pero asequible, sueldos competitivos y la mayor crisis de la historia, que les llegó de golpe y porrazo. Algunos afortunados consiguieron sobrellevarla, otros siguen sufriéndola.

Pero nosotros, los adolestreinta, somos los que nos hemos quedado en el camino, los que no disfrutamos de los prodigios del boom del ladrillo, tampoco sufrimos la crisis en nuestras carnes, sino que vivimos su consecuencia diaria. No, es que seamos flexibles, es que no nos ofrecen contratos indefinidos; tampoco es que nos encante compartir piso, es que no nos podemos permitir comprar o alquilar uno; no, no es que nos guste vivir con nuestros padres y las comodidades que eso conlleva, es que nos es imposible a muchos de nosotros salir de la burbuja de la precariedad; tampoco es que odiemos la responsabilidad que achaca tener hijos, es que es simplemente imposible traer a alguien al mundo cuando ni tú mismo te puedes mantener.

Prácticas sin pagar, contratos de falsos autónomos, gentrificación que hacen que los alquileres se pongan por las nubes, trabajos precarios, trabajos no precarios donde las horas extra no estan retribuidas, trabajos a media jornada con turnos flexibles que te obligan a tener una disponibilidad a tiempo completo, subida de tasas universitarias, menos ayudas sociales... Y aún encima los medios nos llaman afortunados por tener lo que tenemos.

Alexandra Ccv