Se afeita la barba por primera vez en diez años tras la muerte de Bin Laden
Tras los ataques del 11-S, un profesor del estado de Washington prometió que no se cortaría o afeitaría la barba hasta que el cerebro de la operación terrorista -responsable de la muerte de más de 3.000 personas- fuera capturado o abatido. Ahora, casi diez años después de esa promesa, la barba de Gary Weddle ha desaparecido después de que el presidente Obama anunciara este domingo que el líder de Al Qaeda había muerto. "Sigo muy conmovido por esto, por todas las personas fallecidas y la destrucción, pero finalmente puedo cerrar el asunto", dijo este profesor de 50 años de East Wenatchee al desprenderse de su barba de casi 38 centímetros de largo. Weddle, como muchos otros estadounidenses, quedó profundamente afectado por los atentados de ese fatídico septiembre de 2001, y decidió emprender una particular protesta cuando leyó que los líderes talibanes habían prometido asesinar en Afganistán a todo aquél que se afeitara. "No quiero olvidar. No voy a olvidar", declaró un emocionado Weddle, quien al principio pensó que la noticia era broma. Al comprobar que, según fuentes del Gobierno estadounidense, Bin Laden había sido efectivamente asesinado, lloró durante unos minutos y corrió a cortarse el vello facial, primero con unas tijeras y luego con una navaja, ante la mirada de su familia y vecinos, quienes acudieron a grabar el evento. Su mujer, feliz de que Weddle parezca más joven, "está desde entonces sonriendo", señaló el hombre, que confesó haber guardado la barba cortada en una bolsa de plástico. Este mismo lunes, el profesor fue homenajeado por el director del colegio donde trabaja, quien anunció mediante el altavoz que Weddle había mantenido su promesa a lo largo de todos estos años en honor a las víctimas de los atentados. "Durante 3.454 días, el señor Weddle cumplió su promesa, de forma fiel y verdadera", destacó Jill Palmsquit a los estudiantes. "Soportó burlas, bromas y comentarios sobre que era una causa perdida".