Avión con aterrizaje forzoso de vuelo de madrid a canada.
by margaaa in
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4 by February by 2020
Eduardo Íñigo, hijo del mítico periodista José María Íñigo, empezó a darse cuenta de que algo iba mal cuando desde la ventanilla del avión pudo reconocer a la gente que paseaba por la Gran Vía de Madrid. El aparato volaba muy bajo. Mandó un mensaje de preocupación al grupo de WhatsApp que comparte con sus hermanos, su madrastra y sus cuñadas. Desde ese momento y hasta que aterrizó de nuevo en Barajas, cuatro horas después, Íñigo estuvo en contacto en todo momento con su familia, que siguió las peripecias de su avión a través de la web Fly tracker.
Los primeros veinte minutos, según los pasajeros, fueron los peores. La nave que volaba a Toronto no terminaba de coger altura. La preocupación se extendió. El murmullo subió de volumen. Nadie sabía con seguridad lo que estaba ocurriendo. Hasta que el piloto les explicó que el avión tenía problemas en una rueda del tren aterrizaje y en uno de los motores. Ante todo, mucha calma, les pidió. La tranquilidad se fue imponiendo, poco a poco. Las explicaciones de la tripulación los sosegó. Las siguientes cuatro horas las pasaron en el aire. La mayoría estuvo conectada al móvil. Con cobertura pudieron seguir en vivo las noticias que se contaban sobre su vuelo. La gente también veía series o leía. Un bebé lloraba de vez en cuando. En esos momentos fue un vuelo como otro tanto de los miles que surcaban el cielo a esas horas en todo el mundo.