Nuevas voces LGTB: críticas de las antologías «Vagos y maleantes» (Egales) y «Asalto a Oz» (Dos Bigotes)
by alveo in
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21 by March by 2020
En las últimas columnas os he instado a ir al cine y al teatro, ya que son actividades muy enriquecedoras y bastante más baratas de lo que se cree. Hoy, sin embargo, os animo a quedaros en casa, pues no hay mejor forma de combatir el coronavirus. Y, para sobrellevar la cuarentena, nada mejor que un libro. Para empezar, os remito a mi selección de literatura LGTB del 2019 [ver artículo]; para seguir, os hablo de dos recientes antologías de jóvenes autores españoles LGTB, editadas recientemente por las dos principales editoriales LGTB de nuestro país: Vagos y maleantes, de Egales, y Asalto a Oz, de Dos Bigotes. Porque estos días no hay excusas para no leer.
Vagos y maleantes incluye las voces de Fernando Reinaldos, Carlos Barea, Carlos Valdivia, Juanma Samusenko, Ramón Martínez, Rubén Serrano, Ignacio E. Domínguez, Vicente Ramírez, Adrián Peñalver, Nacho Esteban, Ángel Cívico y, sí, Óscar Hernández-Campano (autor de la emblemática El viaje de Marcos [crítica]), un grupo de dramaturgos, periodistas, investigadores, poetas y novelistas, a menudo conocidos e incluso amigos entre sí, que están dando los primeros pasos en el mundo de la narrativa gay. Todos son chicos, eso sí, ya que, consciente del sesgo comercial, Egales prepara por separado una antología de corte femenino, si bien alguno de ellos ha optado por dar voz a personajes femeninos, algo lícito pero quizá desordenado. Lo mismo puede decirse de la decisión de introducir algún que otro poema y ensayo entre los relatos de ficción, no porque no estén a la altura, que lo están, sino porque no parecen quedar claros los límites de la antología. Claro que, quizá, no tenga por qué haberlos. Es difícil evaluar Vagos y maleantes porque hay relatos poco novedosos compartiendo páginas con otros sencillamente geniales, pero el nivel medio es más que correcto y está claro que estamos ante una obra llena de talento de la que pronto saldrán otras más elaboradas y complejas. El gran Eduardo Mendicutti firma un emotivo prólogo en torno a la necesidad de pasar el testigo, comparando su época, hace no tanto tiempo, cuando los escritores LGTB podían en España contarse con los dedos de una mano, con una actualidad marcada por la libertad donde no deben sin embargo darse los triunfos por ganados. En relación a esto último, Vagos y maleantes, que por supuesto debe su título a una horrible ley homófoba aprobada en 1933 pero respetada a lo largo de casi todo el siglo XX, posee un fuerte espíritu reivindicativo.
Asalto a Oz, por su parte, reúne a autores de todo el espectro LGTB: Alana Portero, Ángelo Néstore, Aixa De la Cruz, Vicente Monroy, Gema Nieto, Miguel Rual, Lluis Mosquera, Miriam Beizana Vigo, Darío Gómez de Barreda, Sara Torres, Álvaro Domínguez, Rodrigo García Marina, Pablo Herrán de Viu, Elizabeth Duval y Óscar Espirita. En esta misma columna os he hablado ya de Herrán de Viu y Nieto, que con sus primeras novelas lograron colarse respectivamente en los tops literarios de 2017 [ver] y 2018 [ver], lo que sirve de perfecto ejemplo del alto nivel de la selección, si bien, frente a la excesiva sencillez de algunos de los relatos de Vagos y maleantes, en esta ocasión hay quien, quizá, ha arriesgado demasiado, algo que nunca está de más pero que puede antojarse indigesto al tratarse de nuevas, y a veces no experimentadas, voces, sobre todo habiendo de escuchar tantas a la vez. Aun así, nuevamente, estamos ante un enorme despliegue de talento que aborda casi todos los géneros, desde el drama más angustioso hasta la comedia más desenfadada, evitándose en todo momento los clichés en pos de nuevas y más sugerentes formas de acercarse a la realidad LGTB. La edición, por cierto, está más que cuidada, desde la llamativa portada de El mago de Oz (ay, qué mágico será siempre ese «Over the rainbow») hasta los peculiares retratos de cada uno de los autores que acompañan a los quince relatos.
Curiosamente, estos libros están conectados por Rubén Serrano, que firma tanto uno de los relatos de Vagos y maleantes como el prólogo de Asalto a Oz. Poco puedo sumar a este último, así que me despido con un incendiario fragmento: «Nosotros, nosotras, nosotres, los maricas, las bolleras, las personas bi, trans, no binaries, de género fluido, queer, los viciosos, la aberración del sistema, los enfermos, quienes estamos al margen, quienes no somos tan importantes, quienes somos la mierda para muchos, quienes recibimos palizas en la calle, a quienes nos insultan en el colegio, a quienes nos echan de casa, a quienes medicalizan sus cuerpos, a quienes aún nos someten a terapias de conversión, a quienes nos hacen sentir vergüenza, a quienes aún nos persiguen, asesinan y torturan. Nosotros también somos literatura».
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